martes 17, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Dos de cada 10 trabajadores argentinos se ocupan en la agroindustria

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En tiempos en que la economía argentina tiene dificultades para crecer de manera sostenida y generar empleo genuino, formal y de calidad, la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) realizó un relevamiento para cuantificar el aporte de la agroindustria en materia de puestos de trabajo.

Es así que, a partir de la labor de los economistas Natalia Ariño, David Miazzo y Nicolle Pisani Claro, se determinó que dos de cada 10 puestos de trabajo privado se generaron en las cadenas agroindustriales (CAI), lo que representa 22% del total de empleo privado nacional. Ello significa que, en 2018, las CAI ocuparon a 3.716.317 personas.

En tanto, si se tiene en cuenta el empleo privado más el público, las CAI explicaron 18% del total del empleo en Argentina, se agregó.

Del informe también se desprende que el mayor generador de empleo es el eslabón primario (la producción), que ocupa a 38% del total de trabajadores que se desempeñan en las CAI. Le siguen la comercialización, con 26%; la industria, con 21%; transporte y logística, con 8%; servicios conexos, con 4%, y bienes de capital e insumos con 3%.

“Cuando hablamos del agro se nos viene a la mente la imagen del productor cosechando o criando animales. Pero abarca mucho más, la agroindustria genera empleo desde el trabajo en un campo hasta en una oficina en la ciudad”, comentó Ariño. Y agregó: “Al momento de cocinar una pizza de muzzarella, para cada ingrediente que se utiliza se movilizó una enorme rueda de empleo. Para el queso: tamberos, transportistas de leche, los de industria láctea, distribuidores y empleados del súper donde se adquieren. Lo mismo ocurre con los demás ingredientes. Para la masa: productores del trigo, molineros y toda la cadena. En el caso del tomate y la cebolla: huerteros y verduleros. También las aceiteras y los que producen las aceitunas”.

“Pero, además, en cada uno de los procesos intervienen agrónomos, contadores, administrativos; el personal involucrado en maquinarias, insumos, tecnología, bancos, mantenimiento, limpieza y más. Miles de trabajadores están en una pizza”, ejemplificó la economista.

“Hay que desterrar la idea de que el campo sólo implica producir granos, cultivar verduras o criar animales. Para producir necesitamos del campo, las regiones, las ciudades y de variados rubros, profesiones y oficios”, agregó Miazzo.

“Este estudio sirve para tener una radiografía del empleo generado en torno al agro pero que excede lo que sucede en el campo. Podemos verlo en nuestro desayuno, en el que  miles de empleos están sobre la mesa. Cada mañana se necesita parte de los 187 mil trabajadores de la cadena láctea para la taza de café con leche, también personal de la azucarera, algunos de los 385 mil trabajadores de la cadena triguera para las tostadas; si agregamos mermelada, involucra la cadena de frutas; si nos gustan los copos de cereal, entran los cerealeros, los de algodonera en el mantel y los de forestal en la mesa donde lo servimos”, graficó el economista.

 

El empleo por cadenas

Según la FADA, el eslabón primario fue el mayor generador de trabajos en 2018, ya que demandó 38% del total del empleo de las CAI, lo que sumó 1.413.381 puestos de trabajo. Dentro de él se destacó la actividad agrícola, que generó 50% de esos empleos, la actividad pecuaria ocupó 27% y -en tercer lugar- los servicios agrícolas demandaron 18% del empleo del eslabón.

Por su parte, la comercialización de los productos de las CAI, considerando ventas al por mayor y menor, se ubicó en el segundo lugar -detrás de la producción primaria- con 26% del total del empleo. Le siguió la industria, que representó 21%, y las cadenas proveedoras de bienes y servicios como insumos, bienes de capital, servicios conexos, transporte y logística, que demandaron 15%.

Al considerar las cadenas, del total de empleos en la CAI, 32% lo generaron las de granos y forrajeras, 32% las economías regionales, 24% las pecuarias y 1% las de bienes de capital. Por su parte, los servicios conexos y el resto sumaron 11%.

La cadena de frutas, verduras, hortalizas y legumbres representa 11,9% del empleo en las CAI, la bovina 11,4%, la de la soja 10,6%, la de trigo 10,4% y la de maíz 6,6% -abarcan la mitad de los puestos de trabajo de las CAI-.

En tanto, la cadena láctea explica 5% de los puestos de trabajo de las CAI; la azucarera 4,7%; la vitivinícola 4,1%; la forestal 3,2%, la aviar 3,1%; la tabacalera 2,8%; la porcina 2,4%, la de la pesca 1,6% y la de bienes de capital, 1,3%.

 

A futuro

De cara al escenario pospandemia, Miazzo señaló que el desafío pasa por que el Estado logre potenciar la producción y las exportaciones. Para ello, “deberá crear un marco de estabilidad macroeconómica, financiamiento, reglas de juego claras y una decidida política exportadora que les brinde a los argentinos el marco para desarrollar al máximo sus capacidades”, indicó.

Y finalizó: “El contexto de Argentina y el mundo les imponen a las cadenas agroalimentarias y agroindustriales el triple desafío de maximizar la producción, el empleo y la generación de

divisas, minimizando el impacto ambiental y optimizando la inocuidad y calidad de sus

productos. Transitar este camino con consensos básicos da la posibilidad de potenciar las capacidades de los argentinos como personas, de las cadenas como sector y de la Argentina como país”.

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