Pocas horas después de vetar la ley de Financiamiento Universitario, el Gobierno se vio obligado a apurar las negociaciones con los bloques dialoguistas a partir del llamado urgente a sesionar el próximo miércoles que hicieron la UCR y Encuentro Federal junto a la Coalición Cívica y partidos provinciales.
Mientras tanto, anoche el Gobierno deslizó que avanzará en las próximas horas en el arancelamiento para los extranjeros que concurran a las universidades públicas. La medida será oficializada en las próximas horas y fue confirmada por los principales dirigentes de La Libertad Avanza. Ocurre un día después de las multitudinarias marchas que reclamaron que se garanticen los fondos para las casas de altos estudios.
En tanto, ante un escenario de escasez de respaldos en el Congreso, con la mayor parte de los partidos en contra, el oficialismo busca convencer al PRO de que respalde el rechazo del Presidente, o, al menos, que eviten que la oposición llegue a los dos tercios necesarios para ratificar la norma.
Después de que el veto del Presidente se oficializó, y luego de la masiva marcha federal del miércoles, la mañana de ayer en la Casa Rosada empezó agitada. Según el vocero, Manuel Adorni, el tema que más preocupa al Gobierno ni siquiera se tocó en la reunión de Gabinete que encabezó Milei, a la cual faltó la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, que tiene a cargo la secretaría de Educación y fue una de las protagonistas del conflicto.
La funcionaria, muy amiga del primer mandatario, no suele asistir a esos encuentros desde que creció su disputa interna con Santiago Caputo, quien sí estuvo presente y, a diferencia de otras ocasiones, fue incluido en el listado oficial de participantes que distribuye la secretaría de Comunicación.
A pesar de las muestras de enojo en redes y del ninguneo al tema de los votos en el Congreso, en otros despachos se trabajaba a destajo y contrarreloj un plan para convencer a los socios y evitar que el Gobierno quede mal parado. El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, llegó temprano a Balcarce 50 para reunirse con su primo y asesor de Karina Milei, y sincronizar ideas de cara a la serie de reuniones que tiene previstas con referentes de las otras fuerzas en el Congreso. Mientras que el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, segundo de Guillermo Francos, recibió al jefe de la bancada de PRO, Cristian Ritondo.
Después, ambos continuaron con reuniones y llamados a los legisladores desde la Casa Rosada y desde Diputados, respectivamente. Francos monitoreaba las conversaciones, pero sin participar directamente. Antes se había mantenido al margen del manejo del conflicto con los gremios universitarios y las autoridades de las casas de altos estudios y del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).
Además de estos diálogos entre los dirigentes políticos del Gobierno, por ahora no hay en el horizonte una reunión entre Javier Milei y Mauricio Macri, que podría ser definitoria para destrabar posiciones.
El Gobierno necesita dos tercios de los presentes, que en el caso de la votación del veto a la ley de recomposición jubilatoria representaban 87 votos. Esta vez, el oficialismo aspira a tener que reunir menos voluntades en un cuerpo que, esperan, quede diezmado por los faltazos de legisladores amarillos.
Desde hace días que, por lo bajo, muy cerca del Presidente deslizan que no darán el brazo a torcer en caso de que el Congreso ratifique la ley de financiamiento para la educación superior que se aprobó hace dos semanas. “Hay más opciones después”, dijo un referente del círculo del primer mandatario al vislumbrar las presiones del PRO. Ayer, el vocero Adorni hizo pública esa mirada ante una consulta de un periodista en conferencia de prensa: “No lo descartamos”, sostuvo. La alternativa sería judicializar el tema.