El nivel de actividad acumulado a agosto, de acuerdo a reportes oficiales, fue mayor al esperado por el mercado. De acuerdo al Estimador Mensual de Actividad Económica (EAME) la economía acumula una expansión de 6,4%, con lo cual comienzan a despejarse las dudas sobre una recesión económica. No obstante, se espera una desaceleración de la economía en el último trimestre del año.
En septiembre comenzó a advertirse una contracción del consumo masivo, de acuerdo a información oficial. En línea con ello, el indicador de consumo del banco BBVA da cuenta que las compras con las tarjetas emitidas por esa entidad también disminuyeron. Cayeron la cantidad de operaciones, como así también el consumo total de bienes y servicios, en torno a 10% en comparación con el año pasado. La inflación esmeriló el consumo.
Diferentes consultoras coinciden en que la actividad se enfriará, pero menos de lo previsto. Juan Manuel Telechea, director del Instituto de Economía y Trabajo (ITE) de la Fundación Germán Abdala, señaló que, si bien es de esperar una desaceleración de la actividad, “de todos modos”, la recuperación será “mayor a la esperada, cercana al 5%”.
Desde la consultora Ecolatina también llegan a conclusiones similares. La dificultad que tienen no pocas unidades productivas para acceder a los dólares para importar, en un contexto de escasez de reservas, es el principal freno que tiene la economía hoy. Desde la Unión de Industriales de Córdoba afirmaron a Comercio y Justicia que el nuevo esquema para importar “pisa” y dilata muchas importaciones de insumos, lo cual afecta las proyecciones productivas.