Aseguró que se trata del más grave de los inconvenientes que tiene el país, y que es de “imposible solución” sin un consenso que abarque el conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales
La vicepresidente Cristina Fernández pidió ayer que se selle un acuerdo con los sectores políticos, económicos, sociales y mediáticos para combatir el problema de la “economía binometaria”, que considera “el más grave del país”.
“Nos guste o no nos guste, ésa es la realidad y con ella se puede hacer cualquier cosa menos ignorarla”, planteó la ex presidente en una serie de reflexiones que difundió a través de su cuenta de Twitter, con motivo de cumplirse hoy 10 años de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner.
En un texto titulado “Sentimientos y certezas”, sostuvo que “Argentina es ese extraño lugar en donde mueren todas las teorías”.
“Por eso, el problema de la economía bimonetaria, que es, sin dudas, el más grave que tiene nuestro país, es de imposible solución sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales”, analizó.
“Argentina es el único país con una economía bimonetaria: se utiliza el peso argentino que el país emite para las transacciones cotidianas y el dólar estadounidense que el país -obviamente- no emite, como moneda de ahorro y para determinadas transacciones como las que tienen lugar en el mercado inmobiliario. ¿Alguien puede pensar seriamente que la economía de un país pueda funcionar con normalidad de esa manera?”, planteó.
Al respecto, reflexionó que “el problema de la economía bimonetaria no es ideológico. No es de izquierda ni de derecha. Ni siquiera del centro. Y no hay prueba más objetiva de esto que la alternancia de modelos políticos y económicos opuestos que se operó el 10 de diciembre de 2015. Todos los gobiernos nos hemos topado con él”, subrayó.
“Unos intentamos gestionarlo con responsabilidad, desendeudando al país en un marco de inclusión social y desarrollo industrial. Otros de orientación inversa -como el de Mauricio Macri- siempre han ‘chocado la calesita’ con endeudamiento y fuga. Pero lo cierto es que ese funcionamiento bimonetario es un problema estructural de la economía argentina”, añadió.
Por último, también aclaró que “tampoco” se trata de “una cuestión de clase” y fundamentó: “Los dólares los compran tanto trabajadores para ahorrar o para hacer una diferencia que mejore el salario, como empresarios para pagar las importaciones necesarias para hacer funcionar su empresa, para ahorrar y también, bueno es decirlo, para fugar formando activos financieros en el exterior, siendo esta última actitud una de las que más han contribuido a las crisis cíclicas de Argentina”.
Dos certezas más
En sus extensas reflexiones, la vicepresidente compartió además otras dos certezas. La primera de ellas: “Lo que no aceptan es que el peronismo volvió al gobierno y que la apuesta política y mediática de un gobierno de empresarios con Mauricio Macri a la cabeza, fracasó”.
“Castigan al Presidente como si tuviera las mismas formas que tanto me criticaron durante años. A esta altura ya resulta inocultable que, en realidad, el problema nunca fueron las formas. En realidad, lo que no aceptan es que el peronismo volvió al gobierno”, redactó la ex presidente.
En la misma instancia, le reprochó a Macri haber “vuelto a endeudar al país a límites insostenibles, con el retorno del FMI a Argentina que le sumó a la deuda de los privados 44 mil millones de dólares más”, y sostuvo que la administración de Juntos por el Cambio aplicó las “políticas públicas que los factores de poder económico y mediático reclamaron”.
“Cuatro años de tarifazos impagables en los servicios públicos, cierre masivo de pymes, pérdida del salario y jubilaciones, etc., etc., etc. Todo ello resultado de aplicar las políticas públicas que los factores de poder económico y mediático reclamaron durante los 12 años y medio de nuestros gobiernos y que se comprobó, luego de Macri, sólo conducen al desastre generalizado”, enfatizó.
Cristina planteó, sin embargo, que “lo peor estaba por venir”, en referencia a que “en los primeros meses de 2020 devino un hecho inédito, impensado e inimaginable”.
“Ni siquiera fue un cisne negro, sino una pandemia incontrolable que no tendrá cauce -como lo comprobamos a diario en todo el planeta- hasta el surgimiento de una vacuna o de un tratamiento”, subrayó.
Finalmente, en otra parte de su escrito, aseguró que en Argentina “el que decide es el Presidente” y subrayó que “no es fácticamente posible que prime la opinión de cualquier otra persona” a la hora de marcar el rumbo del Gobierno.
“En Argentina el que decide es el Presidente. Puede gustarte o no lo que decida, pero el que decide es él. Que nadie te quiera convencer de lo contrario. Si alguien intentara hacerlo, preguntale qué intereses lo o la mueven”, advirtió.
El Presidente “es el que saca, pone o mantiene funcionarios. Es el que fija las políticas públicas. Podrá gustarte o no quien esté en la Casa Rosada. Puede ser (Carlos) Menem, (Fernando) De La Rúa, (Eduardo) Duhalde o (Néstor) Kirchner. Pero no es fácticamente posible que prime la opinión de cualquier otra persona que no sea la del Presidente a la hora de las decisiones”, escribió.
“Como se han quedado sin la excusa de las formas, tuvieron que pasar a un segundo guión: ‘Alberto no gobierna’, ‘la que decide todo es Cristina’, ‘rencorosa y vengativa’, que sólo quiere solucionar sus ‘problemas judiciales’”, indicó al fundamentar su certeza.
“Debo reconocer que son poco creativos. El relato del ‘Presidente títere’ lo utilizaron con Néstor respecto de Duhalde, conmigo respecto de Néstor y, ahora, con Alberto respecto de mí. Después de haber desempeñado la primera magistratura durante dos períodos consecutivos y de haber acompañado a Néstor durante los cuatro años y medio de su presidencia, si algo tengo claro es que el sistema de decisión en el Poder Ejecutivo hace imposible que no sea el Presidente el que tome las decisiones de gobierno”, subrayó.