En la jornada de ayer, la presidenta Cristina Fernández habló ante la Asamblea General de las ONU, con un discurso donde abogó por la "multilateralidad" en oposición al unilateralismo, hizo un nuevo llamamiento al Reino Unido para "negociar en paz" la soberanía de las Islas Malvinas, en tanto que reclamó a Irán que los ciudadanos de ese país involucrados en el atentado de la AMIA sean juzgados en Argentina.
Desde el punto de vista económico, sus palabras adquieren una especial significación en plena crisis financiera mundial (ver más en contratapa). “La crisis surgió del lugar de donde nos dijeron que el Estado no debía intervenir”, sostuvo y condenó las recetas de los países centrales. La crisis económica actual fue mencionada en el discurso como "efecto jazz", parangonando a la forma en que se denominan los orígenes de las crisis económicas de los últimos años.
Cuestionó las soluciones económicas de lo que definió como economías "de ficción", "de finanzas" y "de casino", que afectaron históricamente a países emergentes con graves crisis y hoy complican al mundo entero a partir de un colapso en "la primera economía mundial". Afirmó que en el centro de la generación de riqueza no deben estar las finanzas sino la producción, el trabajo, los servicios y los bienes. "El dinero no produce dinero", añadió.
También defendió la intervención del Estado para equilibrar los intereses del mercado con los de la sociedad. Recordó que tanto EE UU como los organismos multilaterales de crédito rehusaban del intervencionismo estatal, pero ahora alientan "la intervención del Estado más formidable que se tenga memoria, en el marco de un fenomenal déficit fiscal y comercial". Cristina dijo que es necesario "revisar estrategias" de estos organismos, en especial cuando a EE UU no asistirán "calificadoras de deuda ni el FMI" con sus recetas, sostuvo con ironía.
Tambien remarcó que "en 2003 la Argentina estaba endeudada en casi 160% del PBI y hoy lo ha reducido a casi 50%".
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