Entre el primer trimestre de 2023 y el de 2024, Argentina experimentó un marcado incremento en su coeficiente de Gini, que pasó de 0,446 a 0,467 puntos. Ese índice, utilizado globalmente para medir la desigualdad en la distribución de ingresos, sugiere que la brecha entre ricos y pobres se está ampliando.
Si bien el aumento de 0,021 puntos puede parecer modesto a primera vista, lo cierto es que en términos de impacto social y económico es significativo. Este cambio implica que los ingresos en Argentina se están distribuyendo de manera cada vez más desigual. Además, los números demuestran que el índice está en el valor más alto de los últimos ocho años, lo que implica que el nivel de desigualdad no tiene precedentes al menos desde el segundo trimestre de 2016 (en ese período el Indec retomó la medición luego de la emergencia estadística) en adelante.