lunes 23, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Córdoba y Santa Fe tienen 16,3% de la población pero representan 36,2% de las exportaciones argentinas

SOJA. Es el principal motor de las exportaciones de la región pampeana.
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El proceso del paso a la vida adulta implica necesariamente empezar a mantenerse de manera autónoma. No hay otro camino posible. Por supuesto que ese paso es muy distinto para todos. Algunos tienen la posibilidad de que los padres los ayuden a prolongar ese salto, otros tienen contactos que les facilitan el primer empleo y otros -la mayoría- tienen que ver de qué manera se la rebuscan, porque a determinada edad ya los largan al mundo.

Algo así es lo que ocurre con las provincias. De a poco o bruscamente, todas y cada una de ellas tienen que empezar a buscar de qué van a vivir. No pueden depender indefinidamente de sus padres o sus hermanas para la subsistencia, sino que deben procurarse su propio sustento.

Para eso, lógicamente, debe llegar el punto en que los que las sostienen decidan dejar de hacerlo. Cualquier padre sabe que no se puede quejar de que su hijo es un vago si le sigue pagando todas las cuentas mes a mes sin exigirle una retribución a cambio.

Ayer se conoció el informe de origen provincial de las exportaciones que publica el Indec y dejó algunos datos interesantes para pensar las características del país en el que vivimos. Si se cruzan esos datos con otros recientes, como el Censo, se puede conocer más sobre las inequidades existentes en el territorio.

Exportaciones por región

Lo que asoma apenas se empieza a recorrer la publicación del Indec es algo que todos sabemos desde siempre: la región pampeana es la principal región exportadora del país, muy por encima del resto de las regiones, con el 77,4% del total. Ninguna región exporta más que cualquiera de las tres provincias más grandes de manera indvidual: Buenos Aires (37,3%), Santa Fe (21,7%) y Córdoba (14,5%) exceden a NOA (5,8%), NEA (1,4%), Patagonia (9,7%) y Cuyo (4,1%).

Es interesante cuando se compara ese aporte con respecto a la población. La Región Centro (Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos) representa el 19,46% de la población pero ingresa el 38,4% de los dólares que entran al país. La participación de la población de Buenos Aires en el total nacional está apenas por encima de su participación en las exportaciones, 38,16%.

Toda la región pampeana (que aporta más de tres cuartos de las exportaciones) tiene 65,19% de la población. El NOA (Salta, Santiago del Estero, Jujuy, La Rioja, Catamarca y Tucumán) representa el 12,62% de la población, pero tiene el 5,8% de las exportaciones. Para ponerlo en contexto: Santa Fe representa el 21,7% de las exportaciones, pero tiene el 7,72% de la población, lo que significa que su participación en las exportaciones casi triplica a sus habitantes. En el NOA la participación en las exportaciones representa aproximadamente la mitad de la población.

La Patagonia (Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Neuquén) representa el 5,68% de la población y tiene el 9,7% de las exportaciones. Es otra de las regiones que hace bien las cosas en lo referido a traer dólares, aunque falla por otros lados

Finalmente, el NEA tiene el 9,18% de la población y un paupérrimo 1,4% de las exportaciones, mientras que Cuyo tiene 4,1% de las exportaciones y 7,32% de la población.

La raíz del problema

El problema es, como siempre, de índole político. Nadie quiere romper el entramado de favores, votos en el Congreso y apoyo político en el territorio que significan los “trece ranchos pobres” del interior (aunque hoy sean un poco más).

Aunque ese adagio de que el pobre es pobre porque quiere no sea aplicable a las personas, tal vez sí pueda usarse para las provincias, que esquivan permanentemente la posibilidad de generar riquezas. No importa que el indicador de exportaciones no sea el mejor indicador del peso económico de un territorio, pero definitivamente nos señala en la dirección respecto a qué tanto quiere integrarse con el mundo. Además, a Argentina le faltan dólares y le sobran excusas, así que bien vendría ponerlas a producir.

Con estos datos que hablamos, Tierra del Fuego sale parejo: su población representa el mismo 0,4% de la población que su 0,4% de participación en las exportaciones. Sin embargo ha sido la provincia más beneficiada con los envíos per cápita desde nación, encabezando el ránking, más que triplicando lo que recibe un cordobés o un bonaerense. Tal vez por eso se dieron el lujo de prohibir las salmoneras, una actividad que en Chile genera el doble de divisas que las que genera la carne en Argentina.

El modelo de división internacional del trabajo como se veía en el siglo XIX quizás sea una antigüedad, una garantía de dependencia o el nombre que quieran ponerle los economistas “heterodoxos” (y vaya la ironía en las comillas), pero es inconcebible que enormes territorios del país, plagados de recursos que se podrían explotar, deban depender de lo que generan otros distritos en el mismo país. Otra vez sirve el ejemplo del hijo militante del PO que ataca a la burguesía pero se viste con las Lacoste que paga el negocio de la familia.

Cuando se debatía si en la Constitución se iba a usar la palabra unidad o la palabra unión para referirse al objetivo del congreso constituyente, se prefirió la segunda. Eso implica que todas están en pie de igualdad, no que son todas la misma cosa. Son partes, y como tales, deben aportar cada una lo suyo para que la entidad sobreviva. ¿Puede funcionar un país en el que varios de sus integrantes no cumplen con su parte?.

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