En junio el Gobierno pagó sobre el cierre del mes y ya avisó que en julio también esperará hasta último momento. La sangría de dólares no se detiene y presiona sobre las tenencias del Banco Central. Cambio de estrategia para la intervención cambiaria al recurrir a los yuanes del acuerdo con China
La última revisión del plan de metas acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) indicó que en el segundo trimestre el país reprobó las tres metas pautadas en lo referido a reservas internacionales, emisión y déficit. Pese a ello, el gabinete económico sigue trabajando para tratar de renegociar los términos a los fines de evitar un colapso de la economía, buscando desesperadamente que se reanude la liberación de desembolsos que hace periódicamente el organismo.
Según la letra del acuerdo rubricado por el ex ministro Martín Guzmán, Argentina comenzará a reducir el saldo de US$45.000 millones que debe al FMI sólo a partir de 2026, abonando cuotas semestrales hasta 2034. Entre 2023 y 2025, en cambio, la idea era que el FMI le permitiera al país un mayor margen de maniobra para acumular reservas internacionales, girándole al Gobierno los fondos necesarios para pagar los compromisos originales del crédito stand-by que se tomó durante la gestión de Mauricio Macri.
Sin embargo, la sequía y los pesados controles sobre el tipo de cambio y el comercio internacional impactaron de manera negativa sobre la capacidad del Estado de asegurar el ingreso de dólares a las arcas del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Esa dinámica se refleja claramente en la evolución de las reservas netas este año, que pasaron de estar cerca de US$5.000 millones en enero, según datos de Ecolatina, a un rojo récord de US$6.000 millones el pasado viernes, según la consultora 1816, que calcula, además, que la deuda con importadores creció en US$12.200 millones desde 2022.
Salvavidas chino
El BCRA cerró sus intervenciones sobre el mercado cambiario del día de ayer, comprando unos 37 millones de dólares y, a la vez, vendiendo unos 790 millones de yuanes, lo que significó cerrar la jornada con una nueva baja de reservas, de algo más de US$72 millones en su tenencia neta.
Las ventas de divisas en la primera semana del mes habían totalizado unos US$450 millones, 45% de ellas denominado en yuanes. Ese dato marca el cambio de estrategia del Gobierno, que recurre a la divisa china para intervenir sobre el tipo de cambio.
Según estimaciones del economista y consultor Fernando Marull, si se agregan los yuanes usados para pagarle tardíamente la cuota de junio al FMI, se concluye que ya se habría dilapidado la mitad de los US$10.000 millones que, según dijo el Gobierno tras el último viaje oficial a China, le habían sido habilitados para proveer liquidez al mercado local de futuros.
Trabas en la negociación
Según diversos trascendidos, el bloqueo en las negociaciones se debe a la resistencia del equipo económico del ministro Sergio Massa a habilitar un salto devaluatorio y un fuerte ajuste fiscal, que privilegia el costo político que eso tendría antes de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto. Sin embargo, nada se sabe de manera oficial sobre el contenido de las negociaciones entre las partes.
“Las partes tienen incentivos para acordar, pero no debe ser sencillo, dado que las condiciones que debe pedir el FMI (¿devaluar y ajustar al Fisco?) son incompatibles con lo electoral”, escribió en su informe semanal la consultora 1816. En ese sentido, señaló que el principal riesgo para Massa es que el FMI se endurezca para recuperar credibilidad como negociador, con vistas a 2024.
Para la consultora, “no girar terminaría en el default más grande de la historia del organismo”, y en “el peor escenario Argentina entraría en atrasos con el FMI por US$7.700 millones, que es lo que vence hasta el 10 de diciembre del 2023″. En ese caso, el “próximo Gobierno debería conseguir un ‘puente’ de financiamiento para firmar un nuevo acuerdo”, situación que dejaría aún más desacreditado al país frente a los organismos internacionales con su perfil de deudor crónico.
Massa, más candidato que ministro
Según publicaron diversos medios, el ministro de Economía no está seguro de si permanecerá en el cargo mientras se postula a la presidencia en las elecciones de este año.
Aseguró -en una entrevista radial- que discutirá cualquier posible cambio con el presidente Alberto Fernández y la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, sin dar plazos de una decisión. “Tengo claro que mi responsabilidad principal es ser ministro de Economía, y tengo una tarea después de las 6 de la tarde, que es ser candidato presidencial”.
El horizonte del Gobierno
La indecisión de Massa no es algo menor, en vista de los desafíos que tiene el Gobierno por delante.
Contando pagos por intereses y de capital a acreedores privados y a organismos, el país se enfrenta a compromisos en dólares por US$16.205 millones entre julio y diciembre de este año, según datos de la consultora Equilibra. De ese total, cerca de la mitad corresponde a vencimientos con el FMI.En declaraciones reproducidas por el sitio Bloomberg Línea, el economista de Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina, dijo que “claramente hay un factor de presión, de riesgo”. “En la medida que se posponen los desembolsos (del FMI) -casi US$4.000 millones que se suponía que llegaban a fines de junio, y que esta última semana no hubo novedades- y no viaja el equipo económico a Washington, eso significa que está todavía lejos de cocinarse el acuerdo con el staff del fondo”, expresó y agregó: “Además, hay que pensar que siempre que se llega a un staff level agreement, después tiene que tratarlo del board y eso son como dos semanas o diez días más. Entonces podemos ya irnos hasta fines de julio, que hay que pagar otro vencimiento de más de US$2.500″.