Pese al conflicto por el aceite de soja que enturbió las relaciones en los últimos meses, los vínculos entre China y Argentina se mantuvieron fuertes y muestran un promisorio futuro. Así surge del último informe de la consultora Deloitte, que destacó que en los últimos cinco años el país asiático invirtió poco más de 6.000 millones de dólares en América del Sur, de los cuales 45% se desembolsó en Argentina -sobre todo por la compra de la empresa Bridas-, 26% en Ecuador, 16% en Colombia y 6% en Brasil.
Más allá de las especulaciones que se generaron a partir del freno que impuso China a las exportaciones argentinas de aceite de soja -que se reanudaron en las últimas semanas, aunque en bajos niveles-, un estudio privado ratificó la importancia y la intensidad que ambos países otorgan al vínculo comercial bilateral.
Según la opinión del socio gerente de Deloitte en Latinoamérica, Miguel Ángel Arrigoni, “Argentina se posiciona como socio estratégico de China” en la región. El consultor destacó las inversiones en los sectores minero, automotriz, agrario, alimentario, energético y petrolero, los que definió como “los principales sectores de interés” del gigante asiático en el país.
Por otra parte, el Gobierno nacional espera que las relaciones puedan normalizarse -en el caso del aceite de soja- e intensificarse a partir del viaje que la presidenta Cristina Fernández realizará a China el próximo martes, una visita que fue cancelada en enero pasado por el debate alrededor del uso de reservas para el pago de deuda.
En 2008, la cifra de operaciones comerciales de China en América del Sur ascendió a 140 billones de dólares, y el país asiático espera duplicar esta cifra para finales de 2010. Los principales focos de inversión han sido el sector energético y la minería, que han representado 29% del total de las transacciones y 66% en valor.