El presidente del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) describió los escenarios económicos con los que puede encontrarse quien encabece la próxima gestión nacional. Asignó 50% de probabilidad a que se opte por un camino de “cambios graduales” que incluya el arreglo con los holdouts y una mejora de la competitividad.
“Ninguno de los candidatos a presidente habla de esto, pero es altamente probable que en 2016, o a más tardar en 2017, devalúen”, dijo Marcelo Capello, presidente del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), de la Fundación Mediterránea. Fue durante el almuerzo de trabajo llevado a cabo ayer en el Sheraton Hotel.
Seguidamente, aclaró: “No quiero decir que el Ieral esté pidiendo una devaluación”. En su exposición “Escenarios económicos para Argentina 2016”, describió los problemas que deberá enfrentar quien asuma la presidencia en diciembre de 2015 y las posibles soluciones, de acuerdo con la política por la que se opte, sea de continuidad, de cambio gradual o de shock.
“Yo asigno 50% de probabilidad a que se aplique una política de cambio gradual”, indicó el economista.
De ser cierta esta estimación, el déficit fiscal bajará paulatinamente; habrá una leve suba de tarifas (principalmente en la electricidad y el transporte) de modo tal que se pueda revertir el “actual atraso”; la inflación será “leve”; se iniciarán negociaciones tendientes a solucionar el conflicto con los holdouts, aunque el proceso será lento y no descarta que concluya a fines de 2017. Se van a reducir levemente las restricciones a las importaciones al igual que algunas exportaciones (caso de la industria y algunos productos primarios). Se va a disminuir levemente el cepo cambiario, aunque no está claro si se optará por un desdoblamiento del tipo de cambio. Se llegará a un acuerdo entre los precios y los salarios, gracias a algún plan que no deteriore el poder adquisitivo de los haberes.
Este escenario prevé un incremento en el tipo de cambio, menor brecha entre el peso y el dólar, una inflación similar a la de 2015, un salario real proporcionalmente parecido al actual, mayor ingreso de capitales externos, mayores tasas de interés y un Producto Bruto Interno (PBI) igual o creciente.
“Aun cuando se quiera dar un shock de política, el orden lógico de los cambios augura cierto gradualismo en la implementación”, indicó el economista al anticipar que lo primero que se hará sería comenzar con el arreglo con los holdouts para luego implementar -en el segundo semestre del año próximo- la salida gradual del cepo cambiario y la suba paulatina del tipo de cambio.
Lo que al parecer ocurrirá desde principios de 2016 es la reducción de subsidios (se prolongaría durante todo el año que viene) y la baja de impuestos (en el primer semestre).
Finalmente, advirtió: “Equivocar el modelo macro a largo plazo se termina reflejando en las variables sociales. Argentina es uno de los países sudamericanos con menor progreso en la reducción de la pobreza a largo plazo”.
De campaña
En tanto, el precandidato presidencial por el oficialismo y gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, de campaña ayer en la ciudad de Córdoba, aseguró: “Si (los empresarios) piden devaluación para ser más competitivos, estamos jodidos (sic). Ya lo vivimos en el pasado, es ajuste para los trabajadores, es pan para hoy y hambre para mañana”.
Atender a China
Gonzalo Sebastián Paz, investigador en el Centro de Estudios Latinoamericanos de Georgetown University, disertó sobre “China-América Latina: Balance Provisorio 2000-2015”.
El especialista advirtió de la falta de “preparación” de Argentina para atender a la relación con China. “En la Cancillería hay una estructura similar a la que tenemos para con Paraguay”, dijo, e hizo hincapié en que el año pasado, el volumen de comercio exterior que se registró entre China y América Latina fue de 264 mil millones de dólares.