Es el haber imponible que cobraron los pasivos en mayo. El aumento de 175,9% se ubicó muy lejos de la evolución de los precios pese a la desaceleración de los últimos meses. El impacto del diferimiento y paritarias con caídas reales, claves para la merma
La jubilación promedio que pagó la Caja de Jubilaciones de Córdoba en mayo alcanzó 810.549 pesos, 175,98% superior en términos nominales a la registrada en el mismo mes del año pasado.
Los datos -a los que tuvo acceso Comercio y Justicia– aparecen reflejados en el Informe Estadístico de la Seguridad Social correspondiente al quinto mes del año.
La suba se ubica unos 100 puntos porcentuales por debajo de la inflación minorista.
Es cierto que una vez que se conozcan los números de la inflación de mayo, que según todos los indicadores marcan una nueva desaceleración respecto a meses anteriores, el índice de precios interanual puede registrar una leve merma. Sin embargo, será en todo caso marginal.
Hasta abril pasado, la Dirección de Estadísticas y Censos de Córdoba marcó un incremento del 288,9% en los últimos 12 meses.
Los datos informados por la Caja corresponden a las jubilaciones. Si se suman las pensiones, el promedio muestra una cifra de 765.157 pesos.
En tanto, la mediana de las jubilaciones, es decir, el valor equidistante entre la mitad de los pasivos que cobran por encima o por debajo de esa cifra, se ubicó en 657.022 pesos.
Las causas de la baja
Respecto a las causas de la merma real en el poder de compra de los beneficios que paga la Caja, hay dos aspectos claves: por un lado paritarias para los trabajadores activos por debajo de la inflación y, por otro, el impacto de la aplicación del denominado diferimiento previsional que a esta altura alcanza prácticamente a casi la totalidad de los pasivos, genera un ahorro para el organismo previsional pero, en contrapartida, una caída real de las jubilaciones.
En ese marco, el panorama para las jubilaciones que paga la Caja no luce positivo, al menos en el corto plazo.
Con el convencimiento de que la administración de Javier Milei no enviará, al menos en los próximos meses, fondos para cubrir parte del déficit de la Caja, el gobernador Martín Llaryora no sólo no flexibilizará los efectos del diferimiento sino que -en todo caso- los aplicará de lleno, es decir, que todos los beneficiarios cobren 60 días después los aumentos que reciben los trabajadores en actividad.
Mucho margen no le queda al Gobernador para intentar reducir el rojo previsional y que el Tesoro provincial no cubra los fondos que hoy no pueden neutralizar la suba de los aportes personales aplicada en diciembre y la ampliación del propio diferimiento.
En todo caso, Llaryora espera un fallo de la Corte Suprema de Justicia luego de la presentación que hiciera el ex gobernador Juan Schiaretti hace más de un año atrás, tanto por el incumplimiento de los pagos corrientes de Anses para cubrir el rojo previsional como de la deuda generada desde 2022 hacia atrás.
Esa decisión del Máximo Tribunal no parece una medida que vaya a conocerse en el corto plazo, más allá de la premura que tiene la Provincia.
Mientras tanto, los gremios estatales continúan reclamando a Llaryora que termine con el diferimiento, conforme la promesa del gobernador efectuada en diciembre cuando aseguró que con el aumento de los aportes personales para cubrir parte del rojo previsional, no avanzaría en el retraso en el pago de los aumentos de los activos respecto a los jubilados.
Por cierto, la decisión fue contraria a esa promesa producto de la decisión de Milei no sólo de no enviar los 1.072 millones de pesos mensuales que giraba en los últimos dos años, sino directamente cortar todo envío a las cajas previsionales provinciales no transferidas a la Nación.