Desde la UIA aseguraron que pagarán el bono anunciado por el gobierno nacional. Días atrás habían manifestado sus reparos, defendiendo las paritarias como espacio de discusión salarial. Un informe de la CTA revela por qué las empresas deberían poder afrontar esta cifra para paliar el impacto de la crisis en el bolsillo de los trabajadores.
Los precios en las ramas de la industria altamente concentradas ascendieron entre un 15 y un 26% en los últimos siete años. Mientras que los costos salariales cayeron entre un 24 y un 33%.
Los datos surgen del último reporte elaborado por el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA – CTA), en el que se explica de qué modo las grandes corporaciones de sectores concentrados, que pusieron el grito en el cielo con el bono anunciado por el Ministro de Economía Sergio Massa, incrementaron su rentabilidad en los últimos años.
Si bien, a partir de agosto de 2022, la actividad económica mostró una fase descendente posterior a la recuperación post pandemia cercana al 4,2%, el informe CIFRA también advierte la elevada rentabilidad sobre ventas que declaran en sus estados contables de la primera parte de 2023 empresas como Ternium (30,3%), Aeropuertos Argentina 2000 (28,3%), Arcor (12,8%) o, entre otras, Molinos Río de la Plata (9,6%). Se trata de grupos económicos que en su mayoría integran la Unión Industrial Argentina (UIA), una de las cámaras empresariales que rechazó la “suma fija” que el gobierno anunció para intentar paliar los efectos de la devaluación post PASO que le impuso el FMI.
Un dato que no resulta menor al respecto es que a pesar de la tendencia descendente de la actividad económica desde mediados del año pasado, “la generación de empleo no cesó y acumula la creación de 1 millón de puestos de trabajo formales durante el gobierno actual, que se divide en partes iguales entre asalariados y trabajadores independientes.
El reporte de la CTA revela además que tanto durante el gobierno de Alberto Fernández como en el de Mauricio Macri se produjo una abultada transferencia de ingresos del
trabajo al capital. Esta transferencia de recursos se cuantifica “en 70 mil millones de dólares durante el gobierno del Frente de Todos y asciende a 101 mil millones si se incorporan los resultados de la gestión de Macri”.
Con el paquete de medidas anunciadas días atrás por Massa, las empresas medianas y grandes que deben pagar sin ayuda estatal la “suma fija” de 60 mil pesos en dos cuotas para trabajadores cuyos salarios netos sean inferiores a 400.000 pesos, “deberían desembolsar alrededor de 218 mil millones de pesos, que equivalen al 1,2% de las transferencias de ingresos del trabajo al capital que tuvieron lugar durante los últimos años”.
La Unión Industrial Argentina (UIA) una de las entidades que había expresado su rechazo inicialmente a estas medidas aclaró que pagará el bono estipulado por la cartera de Economía. En el marco de la celebración del Día de la Industria, el Presidente de la UIA Daniel Funes Rioja aclaró que la entidad “protesta pero paga”, poniendo paños fríos a las tensiones iniciales.
Crecimiento contra corriente
La crisis de ingresos que afecta a los argentinos resulta a todas luces innegable. Sin embargo, en términos macroeconómicos no se trata de una fase recesiva consolidada ya que- según explica CIFRA- el nivel de actividad económica en el primer semestre del año creció al 1% interanual, dejando fuera al sector agropecuario afectado por la profunda sequía registrada en el país.
“Probablemente este es uno de los factores que permiten sostener el consumo privado y, de esta manera, impedir la consolidación del proceso recesivo”, agrega el informe.
En este contexto, la remarcación de precios también fue una constante. “Las ramas altamente concentradas aumentaron sus precios mayoristas un 15,1% por encima del IPC entre 2016 y el primer semestre de 2023, en tanto que las ramas en las que predominan los grupos económicos lo hicieron un 25,6% por encima de los precios minoristas. En ambos casos, esos aumentos contrastaron con la evolución de sus costos salariales que se redujeron 24,1% y 32,9%, respectivamente”, señalaron desde CIFRA.
Entretanto, en el marco de la Expo EFI 2023, Alfredo González, titular de la Cámara Argentina de la Pequeña y Mediana Empresa (CAME) manifestó: “Las ventas minoristas vienen bajando desde hace un año. Esto afecta a las empresas pymes porque más del 75% de lo que se produce es para el consumo interno”.
En este mismo evento realizado en La Rural habían planteado un posicionamiento al unísono Funes de Rioja por la UIA; Mario Grinman, de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC); y por la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino. Los referentes del empresariado plantearon allí que “la paritaria es la herramienta que tenemos los privados para tratar de hacer frente a la inflación”.
Los empresarios coincidieron en el planteo conjunto de los problemas que hoy consideran que atraviesa la economía nacional: la contracción de la demanda, pérdidas de mercados para exportar, baja del consumo energético, falta de confianza y certidumbre, escasez de repuestos y bienes de capital -por las trabas en las importaciones- y dificultades para la reposición de los stocks vendidos.
Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) a pesar del descenso de la actividad económica en 2022, la generación de empleo no cesó, tanto en los asalariados registrados como en los trabajadores independientes.
Entre agosto de 2022 y mayo de 2023, la cantidad de trabajadores asalariados aumentó 2,0% y la de los independientes 5,9%. En el acumulado de 2023 lo hicieron 1,2% y 1,1% respectivamente. “Si se contrasta el último dato con diciembre de 2019 la expansión fue de 5,5% y 22,2%, lo que equivale a más de 1 millón de puestos de trabajo, repartiéndose en mitades para cada categoría ocupacional” detalla el informe de la CTA.
El reporte señala que el efecto agregado del empleo se puede constatar al observar que la masa salarial en términos reales asistió a un importante crecimiento en la post pandemia, ya que la misma incorpora tanto los efectos de la trayectoria salarial –que no logró recomponerse en términos reales– como del empleo, que registró un crecimiento considerable.
Entre el primer trimestre de 2023 y el mismo período de 2022, “la masa salarial creció 3,2% en términos reales, llevando su nivel a 1,3% por encima del primer trimestre de 2019”. Si se considera, además de la masa salarial, el ingreso mixto bruto (que abarca a los trabajadores independientes que constituyen el elemento dinámico en la generación de empleo), la variación interanual del primer trimestre de 2023 fue del 2,2% y su nivel fue 3% superior al de 2019.
Un dato no menor en este contexto tiene que ver con que la expansión del consumo privado descripta anteriormente se produce en un contexto atravesado por serias limitaciones para la recuperación salarial.
Realizando una comparación interanual, los salarios de los trabajadores registrados en el sector privado cayeron 1,1% durante el primer trimestre de 2023, y el mismo porcentaje en el segundo trimestre de este año.
Según explican desde CIFRA-CTA “las medidas de ingreso que se establecieron a fines de agosto para paliar las consecuencias de la devaluación implican (…) volcar más de 943.579 millones de pesos a la economía, de los cuales el esfuerzo fiscal representa 718.579 millones de pesos (el 76,3% del total”). El total de recursos es equivalente al 0,53% del PIB y el costo fiscal a 0,4%.
La suma fija de 60 mil pesos impactará en el bolsillo de un universo de 5,5 millones de trabajadores, con salarios netos menores a 400.000 pesos. El 33,7% del total de recursos orientados a los asalariados del sector privado son financiados con recursos públicos.