Por Gisela Veritier (*)
A un año de la asunción de Javier Milei como presidente de la Nación, el balance de su gestión puede medirse por medio de indicadores económicos, financieros y sociales que no sólo reflejan el impacto de sus políticas sino también los desafíos heredados y las complejidades surgidas en el camino. Aquí abordaremos algunas de las asignaturas pendientes en materia social, inflacionaria y de reactivación económica.
Reservas negativas
Uno de los aspectos más preocupantes -al inicio de su gestión- fue el estado de las reservas internacionales, que ingresaron en territorio negativo debido a las necesidades de financiamiento del pago de la deuda externa, en un contexto de escasa confianza en el mercado. A pesar de todas las medidas destinadas a captar dólares -como, por ejemplo, la promoción de inversiones extranjeras o el blanqueo de divisas- las reservas continúan en un punto crítico.
Déficit fiscal, austeridad con alto costo social
El Gobierno adoptó una postura de austeridad fiscal con la cual llegó a obtener un superávit fiscal a partir del primer mes de gestión. Sin embargo, todas estas reformas tuvieron un costo social, que impactó fuertemente en la economía, con una recesión que afectó -sobre todo- a las provincias y a los sectores vulnerables
Inflaci una promesa difícil
La inflación continúa siendo uno de los mayores flagelos. A pesar de que se tomaron todas las medidas para controlarla, producto de la disminución del gasto público y también de la emisión monetaria, la inflación continúa presentando resistencias. Si bien pasamos de 25% en diciembre de 2023 a 2,7% en noviembre pasado, se prevé que en el corriente mes vuelva a repuntar; también se generan tensiones en enero y febrero; sólo en el año que viene se prevé que retomará su sendero de disminución.
Cepo cambiario y dólar atrasado
Una de las anclas inflacionarias que tomó el Gobierno es justamente el ancla cambiaria; una vez devaluado el dólar y “pisado” luego, se ajustó muy por debajo de la inflación. Esto hizo que se incentivaran actividades especulativas como, por ejemplo, el carry trade, pero también el cepo cambiario y la falta de acumulación de dólares se hizo evidente y persistente. Hoy están entrando dólares del campo y también del blanqueo, pero aun así es insuficiente, sobre todo cuando se intenta cerrar un acuerdo con el FMI en el orden de 12.000 millones de dólares para salir del cepo.
Tarifas y subsidios
Las tarifas de los servicios públicos fueron ajustadas en el marco de una estrategia para reducir subsidios. Se produjo un ajuste inevitable en el cual el atraso tarifario acumulado durante años causó que los aumentos fueran muy abruptos. Todo esto volvió a generar un impacto en el poder adquisitivo y también en el costo social. En cuanto a los controles de precios, Milei desató diferentes controles, pero aun así todavía mantiene “pisado” el tipo de cambio para que no se dispare la inflación.
Leliq
Las Leliq fueron una espiral peligrosa que Milei logró desactivar, cambiándolas por un gran bono del Estado. Las Leliq que volvían a generar intereses y esos intereses volvían a generar emisión monetaria era la segunda fase del plan que implementó Milei para poder reducir la inflación. Al sanear el balance de los bancos y cambiar las Leliq por nueva deuda, logró no sólo que mejorara la performance de los bancos -con acciones que vuelan por las
nubes- sino también que mejorara el balance del Banco Central.
Importaciones
Las importaciones -que inicialmente estaban cerradas y en las cuales se generó una gran deuda- fueron solucionadas con los Bopreal, que eran bonos justamente destinados a poder cumplir con las obligaciones de las importaciones y que empezara a fluir nuevamente el circuito productivo. Ahora se está avanzando para poder reducir la inflación en la apertura de importaciones, con lo cual estos beneficios apuntan a que la inflación se reduzca aún más, pero no sin costos sobre la actividad industrial.
Sectores estratégicos como el automotor pueden enfrentar bajas de precios producto de que pueda ser que justamente sus precios disminuyan, pero el sector autopartista va a estar claramente muy golpeado. Otros sectores como el textil o el maderero también presentan serias ineficiencias y -por lo tanto- una apertura de importaciones va a complicar muchísimo. La Unión Industrial ya ha manifestado alerta en este sentido y veremos en los próximos meses cómo sucede este desenvolvimiento.
Desafíos
Lo que falta son desafíos sociales, seguir reduciendo la inflación y lograr la reactivación económica. En el aspecto social, la reducción de los subsidios y -además- los ajustes inflacionarios han aumentado la desigualdad; sobre todo, se afectó a los sectores más vulnerables. La pobreza y la indigencia -a causa de la recesión económica- aumentaron, mientras que la disminución en el gasto público hacia políticas de consenso social fueron insuficientes. Un plan integral que articule la recuperación económica con una mejora en la calidad de vida de la población es una de las cuestiones que se hace necesaria en el plan que sigue.
Si bien se ha reducido la inflación, ésta persiste. Por eso es necesario continuar avanzando con su disminución para lograr que los ingresos se recuperen con un aumento de su poder adquisitivo producto de la disminución de los precios. Se busca que estos mecanismos de estabilización no solamente dependan exclusivamente de ajustes fiscales sino también de un consenso en los sectores productivos para poder continuar con precios bajos.
Por último, la economía argentina necesita motores de crecimiento sostenido. La atracción de inversiones extranjeras, la mejora de la competitividad y el apoyo a los pymes deben ser pilares fundamentales. Además, resulta urgente fortalecer las exportaciones y reducir la dependencia de importaciones, mediante el desarrollo de capacidades productivas locales.
(*) Economista – Directora General del ICDA (UCC)