Un tímido anticipo de la recuperación que todos esperan que vuelva al sector en los próximos meses, exhibió ayer el Indec al difundir el último informe de coyuntura de la actividad de la construcción en la Argentina.
Según el organismo oficial, el tradicional “motor de la industria” nacional creció en el mes de mayo pasado 2,6 puntos en términos estacionales, alza que no obstante no alcanzó a compensar una caída de 3,1 por ciento, acumulada desde que se inició el año.
“Lo que pasa es que aquéllos que trabajamos en esto, no paramos”, explicó ayer Mario Buttigliengo, titular de la delegación local de la Cámara Argentina de la Construcción, a modo de ensayo explicativo de la dinámica de un sector que es fuerte demandante de mano de obra, pero que desapareció del mercado laboral desde octubre del año pasado. Sin salir de las fronteras de Córdoba, y si nos limitamos al último mes con datos concretos (mayo), podemos decir que casi uno de cada cuatro operarios que hace apenas un año trabajaba en el sector en Córdoba, hoy no lo hace. Efectivamente, el derrumbe del empleo rozó el 25 por ciento en la provincia, y al momento de buscar explicaciones de tamaño desastre, todos miran al horizonte rural.
“La fuerte caída se ha visto afectada especialmente por lo ocurrido con la obra privada, que en buena medida depende de la construcción residencial por parte de inversores”, explican los economistas del Instituto de Estudio y Registro de la Actividad de la Construcción (Ieric). “Esta actividad está vinculada a la evolución del sector agropecuario, que producto de la sequía no está teniendo un buen año y afecta la disponibilidad de excedentes para destinar a la construcción”, agregan.
Sin embargo, al mismo tiempo, los permisos de construcción -una suerte de indicador de cómo evolucionará en el futuro la actividad- crecieron más de 61 por ciento en los primeros meses del año en la ciudad de Córdoba, cifra que expresaría la “buena salud” de la que todavía goza el sector a pesar de enfrentar nueve meses de crisis, los más duros de los últimos seis años.
“Es interesante que esto suceda en Córdoba e incluso auspicioso”, destacaron los especialistas del Ieric en un informe entregado el viernes pasado, ya que mostraría que la generación de nuevos proyectos (sobre todo los de envergadura), no se ha detenido porque la propia dinámica constructiva requiere de un mínimo de 24 meses para que esos proyectos sean realidad, período en el que -se espera- la crisis ya habrá pasado a ser un mal recuerdo.
“Al trabajar en la obra privada, una vez que usted llegó a un nivel de avance, el edificio se vende”, afirma Buttigliengo. “La plata está, por distintas razones los inversores no la han dispuesto, pero ahora que pasaron las elecciones, veremos”.
El sector se apoya en la obra pública <font face="Arial" Leé tambiénMás popularesNewsletterFormá parte de nuestra comunidad de Empresarios y Profesionales y recibí la información especializada más relevante para que puedas anticiparte en tus decisiones estratégicas.
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