Subió a 70% la previsión de falta de agua para la próxima mayor cosecha nacional de granos. En las últimas cuatro décadas, hubo tres campañas con el mismo fenómeno, que fueron las peores en soja y maíz del país
Las posibilidades de que se concrete el fenómeno climático La Niña en el próximo verano, que significa para la región lluvias por debajo del promedio histórico, alcanzaron 70% en la última estimación de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés). Este dato puso en alerta a los productores agropecuarios porque, de concretarse, impactaría de lleno en el período productivo de la campaña gruesa 2021/22.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) ajustó en los últimos días los pronósticos de que la proyección climática se concrete, de 67% a 70%. La NOAA “deja claro que hay una firme tendencia a que se instale una Niña que condicione las lluvias que recibe Argentina, sobre todo entre los meses que van de noviembre a febrero. Lo que resta ahora es responder cuál será la intensidad del evento“, expresó la BCR y confirmó así lo que operadores del mercado agrario venían advirtiendo en las últimas semanas, a partir de informes meteorológicos.
Según explicó la entidad bursátil, en los años cuando ocurren estos fenómenos las regiones agrícolas de Argentina reciben entre 20% y 30% menos lluvias que las normales, dependiendo de la intensidad del evento. “Pero hay algo que agrava esta situación: sería por cuarta vez en 35 años otra campaña gruesa afectada por dos Niñas consecutivas. Y para los cultivos de soja y maíz eso tiene muy malos antecedentes“, destacó la BCR.
En este sentido, sostuvo que “en los últimos 35 años, hubo tres campañas afectadas por dos Niñas consecutivas: 2008/2009, 2011/2012 y la 2017/18. Para soja, los números nacionales muestran, en la primera, un rinde de 18,6 qq/ha y que se perdió 38% de la cosecha. En la segunda, 22,6 qq/ha y fue de 23% la pérdida”.
Asimismo, la reciente 2017/18 terminó con 21,5 qq/ha y se obtuvieron solo 35 millones de toneladas de los casi 52 millones que se esperaban (32% de pérdida).
Para el maíz, los rindes nacionales para dichas campañas fueron: 55,2 qq/ha; 53,4 qq/ha y 59,76 qq/ha, respectivamente, cuando el promedio nacional del maíz está en 80 quintales.
“¿Se pueden bajar lotes por La Niña y la falta de lluvias en la región núcleo?”, se preguntó la BCR en el informe, para responder: “Las decisiones tomadas para la siembra de maíz siguen firmes. Con la mayoría de los insumos reservados, no se esperan cambios. Tampoco creemos que se aumente la superficie o que algunos lotes se agreguen a la intención definida hasta el momento”, explicaron los técnicos firmantes del reporte de la Bolsa. A días del comienzo de la siembra del maíz temprano, la región está atenta a los pronósticos de lluvia. Si bien las reservas de agua en profundidad son buenas, se requieren al menos de 10 a 20 mm para humedecer la capa superficial.
En el centro-sur de Santa Fe, con una lluvia de 10 mm comenzarían a verse a principios de septiembre los primeros lotes sembrados. Pero se necesitará más agua y nuevas lluvias para implantar con éxito el cultivo.
Hacia el oeste, la necesidad de lluvia va en aumento: sobre Córdoba hacen falta entre 100 y 120 mm. Sólo una lluvia antes de fines de agosto podría reponer al cereal sin resignar rinde. Por falta de agua, en una semana, la condición regular del trigo pasó de 50.000 ha a 200.000 ha en la región núcleo.En los últimos días se sumó el efecto de las altas temperaturas, que aceleraron la desecación del suelo: las máximas estuvieron entre 26ºC y 30ºC. Los lotes se los considera buenos y el resto muy buenos alrededor de 50%. En Marcos Juárez, el trigo todavía resiste con la poca agua que le queda, pero aumenta la preocupación ante el deterioro de los cuadros por el ascenso de las temperaturas. Respecto a precipitaciones, hay probabilidades, pero los fenómenos más importantes serían muy puntales y volverían a alcanzar sólo la franja este de la región, precisaron.