El referente de la “Asamblea Jáchal no se toca” Domingo Jofré advirtió sobre el peligro que representan los sismos de fuerte intensidad como el registrado anoche en San Juan para valles o piletones de lixiviación como los de la mina de Veladero, en el departamento de Iglesia, porque podrían “sufrir rupturas y filtraciones” provocando el derrame de “cianuro y otros químicos” contenidos.
“Se habla mucho del susto que nos dio el temblor, pero hay cosas que no se tienen en cuenta como el peligro que representa para una provincia sísmica que se siga acelerando la megaminería”, dijo Jofré.
La lixiviación es un proceso por el que se extrae una o varias sustancias disueltas en una materia sólida, mediante la utilización de un disolvente líquido. En el caso de la extracción de oro y plata a partir de mineral de baja calidad -actividad a la que se dedica la mina Veladero- la lixiviación con agua cianurada es la técnica más comúnmente utilizada, aunque el proceso es muy controvertido y su uso está prohibido en varios países.
“El valle de lixiviación es como una pileta, pero de tres kilómetros de ancho por siete de largo que ocupa el primer valle de Veladero: le hacen un nivelado a máquina a la base y la cubren con una membrana geotextil interior -la misma que se utiliza en los techos- mientras que las paredes son de material pétreo acumulado por los aludes”, dijo.
Y en su interior se vierten “10 millones de litros por día de un cóctel de químicos mezclados con agua” para separar el oro de la roca triturada, y ese preparado se compone de “cianuro y otros químicos que no declaran porque es una formula tan secreta como la de Coca Cola”, explicó.
“Los que estamos kilómetros más abajo, los habitantes del departamento Jáchal, nos vemos afectados porque irrigamos con el río Jáchal, que antes también usábamos para beber pero ya no podemos por la forma en que está impactado por la contaminación y los derrames”, dijo.
De diseño a cielo abierto, la mina Veladero y su valle de lixiviación están ubicados a 350 kilómetros al noroeste de la ciudad de San Juan y a una altura de entre 4.000 y 4.850 en la Cordillera de los Andes, con reservas de 11,4 millones de onzas y una vida útil estimada de 14 años.
La minera Barrick Gold empezó a explotarla de 2005 y desde entonces ya se produjeron al menos tres derrames importantes de solución cianurada: en septiembre de 2015, septiembre de 2016 y marzo de 2017.
Doble preocupación
“La preocupación es doble: hay una actividad que es contaminante por naturaleza por el uso de tóxicos que impactan en glaciares, ríos y sus nacientes; y encima dentro de la estructura productiva usan un valle de lixiviación que con los movimientos telúricos tiene graves riesgos de fracturarse y producir filtraciones”, dijo.
Para Jofré, la única salida es el cierre de la mina: “Veladero tiene que cerrar porque incumple la ley de glaciares, de medio ambiente, de residuos peligrosos y el propio código de minería, que dice que luego de tres incidentes serios, la empresa debe cerrar”, concluyó.