Los economistas del Consejo de Ciencias Económicas alertaron sobre la dificultad de generar divisas de manera genuina. Su presidente, José Simonella, pidió a los políticos “responsabilidad por sobre sus ambiciones electorales”
Más allá de que las necesidades de financiamiento que tiene el Gobierno nacional están cubiertas a raíz del acuerdo stand by logrado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ayer -a un año de que la gestión del presidente Mauricio Macri fue a golpear las puertas del organismo multilateral- los economistas del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) de Córdoba advirtieron por la necesidad de dólares para el normal funcionamiento de la economía.
“Independientemente de que el panorama de la deuda está parcialmente cubierto, el normal desenvolvimiento de la economía argentina necesita de más dólares”, mencionó la economista Mary Acosta en una presentación a la que asistió Comercio y Justicia. Asimismo, aseguró que el principal problema hacia adelante es cómo generarlos.
A su turno, el economista Víctor Peralta planteó que todavía falta el ingreso grueso de recursos provenientes de la cosecha y que hay limitaciones para la salida de divisas vía viajes o gastos en el exterior debido a la pérdida de poder adquisitivo de la gente. “La guerra comercial entre Estados Unidos y China también impacta en Argentina ya que está haciendo caer el precio de la soja y por ello los productores están demorando la liquidación”, definió.
Siguiendo con el análisis de la deuda argentina, el CPCE remarcó que, a un año de que el Gobierno acudiera al FMI, el riesgo país subió 90%; la tasa de los Credit Default Swaps alcanzó 251%; la inflación acumulada es de 51,3% (hasta marzo); el Producto cayó 2,7%; la deuda en relación al PIB aumentó a 52,3%. En contrapartida, se cumplió el ajuste de la base monetaria que sólo evolucionó 15,1%; mejoró el saldo de balanza comercial fundamentalmente por la caída de importaciones y se cumplió la meta de reducción de déficit fiscal primario (el financiero se incrementó por el mayor peso de la deuda). Mientras, las reservas aumentaron debido a los recursos ingresados por el Fondo.
“La deuda bruta de la Administración Central tuvo su punto más bajo en 2011, a partir de cuando empieza a subir hasta el salto entre 2017 y 2018. En la composición de la deuda lo que se registra entre diciembre de 2017 y el mismo mes de 2018 es la baja en 10 puntos de la que está en manos de agentes públicos y la suba de la participación del sector privado y de los organismos multilaterales”, explicó Acosta.
La participación de la deuda de los privados respecto del PBI se duplicó desde 2016, mientras que la de los organismos multilaterales pasó de 5,3% en 2012 a 15% el año pasado. De la deuda en poder de los privados, 36% vence entre este año y el próximo, y 25% hasta 2025. Esos vencimientos significan 44,6% de la deuda global, lo que equivale a US$80.000 millones. “La importancia del monto está vinculado con la necesidad de que se renueve, ya que 80% son títulos y e 20% son Letras del Tesoro”, agregó.
“El desafío está en ese segmento –dijo el presidente del CPCE, José Simonella- porque lo que está en poder del FMI se resolvería cumpliendo con el acuerdo, mientras que lo que está en manos de otros agentes del Estado también es más simple de arreglar”.
Simonella sostuvo que si el Gobierno lograra que se firme el compromiso de los diez puntos con la oposición, bajaría la incertidumbre política. “Hay que pedirle a los dirigentes responsabilidad por encima de sus ambiciones electorales”, indicó.
Este años los vencimientos de capital e intereses suman US$86.448 millones y el año que viene, US$42.312 millones.