La cantidad de firmas con deudas impagas se triplicó este año debido al contexto económico que incide en la liquidez de ellas. Según First Capital, equivale a 3% del financiamiento total
La morosidad de las empresas se triplicó en términos porcentuales en el último año, al alcanzar en la actualidad un equivalente a 3% del financiamiento total, frente a 1,8% del primer trimestre de 2018, según el último informe de la consultora en finanzas First Capital Group.
El principal desencadenante de esta situación es el contexto macroeconómico argentino, que “está afectando seriamente la liquidez del sector privado”, según se alertó en el reporte.
Si bien la capitalización de los principales bancos no se ha visto afectada, debido a las previsiones por insolvencia, el aumento en la cartera irregular del sistema financiero puede ser un problema en el mediano plazo para el balance de las entidades, dado que pasó de 2,2% de septiembre de 2018 a 3,3% en enero pasado.
“Si las entidades bancarias no toman una postura de mayor flexibilidad para con sus deudores en mora, es posible que observemos una propagación en la irregularidad del crédito hacia el resto del sector privado. Esto, a su vez, retroalimentaría la tendencia, provocando mayores pérdidas patrimoniales que las previstas por el sector financiero”, sostuvo First Capital Group.
“La retracción del mercado sacudió fuerte la demanda, que bajo un contexto de 50% de inflación interanual, no logra remontar, y las ventas de las principales cadenas de consumo masivo se desploman”, dijo Augusto Quiñones, analista de First Capital Group.
“Al mismo tiempo, la política monetaria contractiva que lleva a cabo el Banco Central genera una fuerte restricción del financiamiento de las empresas, lo que explica los grandes aumentos en la morosidad. En este panorama, no parecen quedar muchos canales de financiamiento para que las empresas puedan satisfacer su demanda de liquidez”, agregó.
La consultora señaló que “la caída de 900 puntos básicos en la tasa de referencia que ocurrió durante febrero pasado había significado un alivio para varias industrias”, y que “esto se vio reflejado tanto en los fideicomisos como en las obligaciones negociables emitidas durante el último mes”.
Después de retroceder hasta 47% en ese mes, la autoridad monetaria se vio forzada a elevar la tasa de Leliq, posicionándola por encima de 65%, nivel similar a los de noviembre de 2018.
“Esto refleja un pronóstico desalentador ya que, al representar un factor clave para la reactivación económica, se podría pronosticar un re-estrechamiento en los canales de financiación de las empresas y una dilatación en el rebote del consumo”, puntualizó Quiñones.
Las presiones cambiarias pueden retornar
– Las presiones sobre el dólar podrían incrementarse nuevamente en el tercer trimestre del año, cuando el tipo de cambio podría llegar al “techo” fijado, 51,5 pesos, de la “zona de no intervención” del Banco Central, según advirtió la consultora Ecolatina.
– Luego de un marzo agitado, cuando el tipo de cambio escaló más de 10% y rozó 45 pesos, el dólar se estabilizó a comienzos de abril, producto del buen comienzo de la liquidación de agrodólares y las subastas diarias de 60 millones de dólares del Tesoro autorizadas por el Fondo Monetario Internacional, apuntó en un informe.
-Sin embargo, éste advierte de que en el tercer trimestre el panorama “será más agitado. Las presiones cambiarias se incrementarían por una menor oferta y la dolarización trepará ante la inminencia de elecciones con resultado abierto”.