El Gobierno logró el puente financiero externo que libera al país de pagos externos hasta mediados de mayo, cuando la cosecha gruesa ya estaría levantada y en gran parte, liquidada. Según Bausili y Caputo, el Fondo avaló la política cambiaria, la monetaria y el programa económico dispuesto por el gobierno de Javier Milei
Después de una larga jornada de reuniones interminables de los equipos técnicos y de las cabezas de las delegaciones, tanto del Gobierno argentino como del Fondo Monetario Internacional, la Casa Rosada dio a conocer sobre la noche de este miércoles que llegó a un entendimiento con el organismo internacional en torno de la séptima revisión del acuerdo que vincula a la Argentina con el Fondo, por el pago del mayor préstamo que otorgara el organismo en toda su historia, bajo el gobierno de Mauricio Macri.
Si bien hasta cerrada esta edición el mismo FMI no había confirmado la especie, el Gobierno argentino, a través del presidente del Banco Central Santiago Bausili y del ministro de Economía, Luis Caputo, que brindaron una conferencia de prensa en el microcine del Palacio de Hacienda, dio a conocer que había llegado a un acuerdo con el Fondo, luego de las reuniones que mantuvo Economía y el Central desde el viernes pasado y que se extendieron hasta este miércoles.
“Quiero aclarar que no es un acuerdo nuevo, sino que se ha reflotado el acuerdo anterior que estaba caído por el incumplimiento de las metas”, explicó Caputo, quien además precisó que para cerrar esta séptima revisión del acuerdo “exige hoy a la Argentina un mayor compromiso, para compensar la pérdida de credibilidad que tiene el país”.
Si bien los detalles del entendimiento se precisarán este jueves, se supo que el organismo internacional liberará US$4.700 millones, parte de los cuales estaban pendientes desde noviembre pasado y que el FMI había retenido porque la Argentina no había cumplido con las metas acordadas originalmente en 2022 sobre déficit fiscal y otras.
La cifra incluye además el desembolso que el propio Fondo debía remitir el próximo 10 de abril por poco más de mil millones de dólares, a lo cual se suma lo que fuentes del mercado vinculados con Economía llamaron anoche “un gesto de buena voluntad”, que es el envío por parte del Fondo de US$300 millones adicionales, que terminan de cubrir el conjunto de vencimientos de capital que debía realizar la Argentina durante diciembre pasado, enero, febrero y abril, que suman precisamente US$4.700 millones.
En concreto, por el momento no llegarán fondos frescos al país, sino que a través de un waiver (renuncia o perdón del organismo al incumplimiento previo del país) y de la entrega de derechos especiales de giro retenidos al país, el Fondo lo que hace es tomar como pagados por el país los vencimientos pendientes y a vencer hasta abril inclusive y cuyo eventual pago ponía en grave riesgo las reservas internacionales del Banco Central, hoy en números rojos. “Quiero aclarar que no es plata nueva. Es para pagar los vencimientos de capital”, aclaró el propio ministro Caputo.
“Se mantiene todo dentro del mismo programa, pueden cambiar metas, pero no habrá fondos nuevos”, habían deslizado previamente voceros oficiosos del Ministerio de Economía, lo que fue confirmado luego.
De hecho entonces, el acuerdo es centralmente un alivio a un Banco Central exhausto, que había comenzado en los últimos días a enfrentar una mini corrida sobre la disponibilidad de divisas, con el disparo del dólar blue y los dólares financieros, que llegaron a acumular una brecha de casi 50% en su cotización de mercado por sobre el valor del dólar oficial. Esta situación revelaba la desconfianza de los mercados especulativos sobre el plan del Gobierno de mantener la actualización programada del dólar oficial en dos puntos mensuales hasta marzo, anunciada durante la primera semana de Gobierno de Javier Milei por el ministro de Economía, Luis Caputo.
Este año, hay que pagar US$7.700 millones y los desembolsos pendientes cubren solo US$6.600 millones, de los cuales más de dos tercios se estarían acordando este jueves y el resto, en tres pagos de mil millones de dólares, estaban previstos para mayo, junio y septiembre.
De modo que al menos hasta mediados de mayo el Fondo Monetario no entregaría fondo alguno a la Argentina, aún firmando el acuerdo actual, que prevé además que hacia mediados de mayo la Argentina pague más de US$1.300 millones a la entidad, esta vez sí con fondos frescos del Banco Central, la cifra que debía pagar el 9 de abril en principio pero que fue “perdonada” o postergada ahora por el Fondo, para mayo.
Se supone que para esa fecha la cosecha gruesa argentina, que será récord por las lluvias que trajo el fenómeno de El Niño a nuestras tierras, ya estará plenamente en marcha, ya que se suele tomar el primer día de marzo como fecha de inicio de la cosecha. Los fondos frescos que entregaría la liquidación externa de estos granos son los que le servirían al Gobierno nacional para hacer frente a las obligaciones ya comprometidas y que tienen en la primera quincena de mayo su primera prueba de fuego.
Los detalles
En el plano fiscal, los técnicos de Washington convalidarían el plan de ajuste de Javier Milei. Esto es un superávit primario de hasta el 2% del PBI, por encima de la meta original de un déficit del 0,9%. En 2023, el rojo primario fue del 3% y los intereses de deuda sumaron 2 puntos. La nueva meta implicaría lograr el equilibrio financiero. En Economía, no descartan un resultado primario con “déficit cero”, según voceros, aunque ello depende de que el Congreso Nacional avale la llamada Ley Ómnibus, que incluye una fuerte suba de retenciones y su generalización a una cantidad de sectores hasta ahora eximidos del impuesto, así como la eliminación de la movilidad jubilatoria y la reversión de la exención del Impuesto a las Ganancias para los trabajadores en relación de dependencia. Entre las tres medidas, aportan 1,5% del PBI.
El presidente del Central aclaró que no hubo objeciones por parte de los enviados del FMI sobre el manejo de la política monetaria y la política cambiaria dispuestos por el Gobierno nacional.
Bausili aclaró además que la delegación del organismo acuerda con el programa económico que postula “el ancla fiscal como eje central que proveerá una futura reducción de la inflación y a la postre, un mejor equilibrio macroeconómico”.
Por su parte, Caputo reveló que el FMI “está abierto a la posibilidad” de que la Argentina firme un nuevo acuerdo por un paquete nuevo de deuda, posibilidad que por el momento el Gobierno argentino ha rechazado, ya que en palabras de Caputo “es hora de que el país resuelva sus problemas por sí mismo, sin recurrir a otros”.