Los trabajadores de esa industria acordaron un incremento de 41% para el primer trimestre del próximo año
La ronda de paritarias 2023 ya se puso en marcha con la definición de un primer entendimiento que desde el arranque pone en duda la previsión inflacionaria de 60% que el Gobierno incluyó en el Presupuesto votado por el Congreso. La actividad aceitera que cerró esta semana un incremento de 41% para el primer semestre del próximo año.
El acuerdo, firmado por los representantes de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA), liderada por Daniel Yofra, y de las cámaras empresarias CIARA, CIAVEC y CARBIO, fijó una recomposición de 41% a partir del 1° de enero y hasta julio, cuando las partes volverán a sentarse a negociar la suba para el segundo semestre del año.
El incremento definido continúa con la dinámica establecida a partir de la escalada que experimentó la inflación desde julio último y que derivó en un proceso de revisiones casi permanente de los acuerdos que se habían firmado a principios de 2022, estirando el promedio de los aumentos salariales anuales en la mayoría de las actividades del sector privado por encima del 100%. Incluso hasta los propios aceiteros terminaron el año con un incremento que se ubica en esos parámetros.
Y el primer tramo paritario de 2023, con la suba acordada que supera el 40%, incorpora el mecanismo de revisión como un intento de salvaguarda que pone en evidencia cierta desconfianza del sector de que finalmente se cumpla la estimación de la inflación establecida por el ministro de Economía, Sergio Massa.
Según el entendimiento firmado, desde enero el salario básico inicial de los trabajadores aceiteros se elevará de los actuales $ 221.270 a $ 319.185. Ese esquema se instrumentará en dos tramos: en el trimestre enero-marzo el sueldo inicial consistirá en un monto de $ 294.284 más una suma fija de $ 24.900 no remunerativa que se incorporará efectivamente a los salarios a partir del mes de abril.
Además, el acuerdo fijó el pago de una suma extraordinaria no remunerativa de $ 210.080 para todo el personal de la actividad, que será abonado en dos tramos durante los meses de febrero y marzo bajo el participación en las ganancias de las empresas.
“El planteo de nuestras organizaciones gremiales se basó en el derecho a un Salario Mínimo, Vital y Móvil según su definición en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo, esto es, que asegure a los trabajadores en su jornada legal de trabajo la satisfacción de las 9 necesidades allí contempladas: alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión”, explicó el gremio respecto al entendimiento sellado con las cámaras empresarias del sector.
La discusión salarial en el sector aceitero se adelantó para definir la primera parte del aumento salarial de 2023. Sin embargo, importantes actividades del sector privado aún mantienen abiertas las negociaciones para terminar de cerrar los incrementos de ese año de manera de evitar que sus respectivos salarios queden debajo de la inflación que en los primeros 11 meses de 2022 acumuló 85,3% y en la variación interanual se ubicó en 92,4%, pese a la desaceleración que registró en enero.