Luego de una maratónica cumbre en Montreal, Canadá, los 196 países miembros del Convenio sobre la Diversidad Biológica aprobaron un marco de acción propuesto por China, el país que preside la cita, con la única oposición de la República Democrática del Congo.
Cuatro años después del último acuerdo y tras casi dos semanas de intensas negociaciones, parecía que este país bloquearía el acuerdo, con el argumento de que no podía apoyar el documento porque no creaba un nuevo fondo para la biodiversidad separado del ya existente de Naciones Unidas.
Sin embargo, luego de una sesión extraordinaria que duró más de siete horas, el ministro de Medio Ambiente de China y presidente de la COP 15, Huang Runqiu, señaló que el acuerdo estaba aprobado y el anuncio fue recibido con una ovación.
El texto final para la preservación de la biodiversidad planetaria establece cuatro metas para 2050 y 23 para 2030, que requieren de una “acción urgente” porque los científicos advierten de que el tiempo apremia: 75% de los ecosistemas está alterado por la actividad humana y más de un millón de especies están en peligro de extinción.
Las metas incluyen mantener, mejorar o restaurar los ecosistemas naturales para 2050; gestionar la biodiversidad de forma sostenible dentro de los límites del planeta; compartir de manera justa y equitativa los recursos genéticos con los pueblos indígenas y los comunidades; y establecer medios adecuados de implementación, incluidos recursos financieros, para desarrollar plenamente la estrategia global posterior a 2020.