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Noviembre es el mes de concientización de las enfermedades masculinas. Los efectos secundarios sexuales de la enfermedad pueden ser una de las preocupaciones de los enfermos. Entre ellos, la dificultad para lograr y/o mantener una erección, dolor durante las relaciones sexuales o eyaculación precoz
El cáncer de próstata afecta a 11.600 hombres por año en Argentina y es el tumor masculino más frecuente. Sin embargo, la enfermedad oncológica no sólo puede afectar los órganos sexuales sino también afectar el deseo, la función sexual, el bienestar y la alteración de la imagen corporal que atraviesa un paciente durante el tratamiento.
La sexualidad y la intimidad son tan importantes para las personas con cáncer como para quienes no lo sufren. Está demostrado que, ante una enfermedad oncológica, la intimidad sexual puede ayudar a los pacientes a sobrellevar la angustia y los vaivenes del tratamiento.
Más allá de las consecuencias en el cuerpo, afloran emociones alrededor del diagnóstico y el tratamiento que también pueden afectar la intimidad: el temor de que el cáncer regrese, sentirse triste, frustrado, deprimido, indefenso o incómodo por los cambios en su cuerpo.
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