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Se acerca el mundial de Qatar y los argentinos esperan la posibilidad de ver a Messi levantar finalmente la copa que se le niega desde su primer mundial, Alemania 2006. Aunque esa esté por convertirse en la mayor preocupación de la gente a partir del próximo mes, hay otra preocupación permanente que ha escalado al tope del podio de las preocupaciones ciudadanas: la inflación.
El economista Damián Di Pace publicó ayer un relevamiento sobre la inflación acumulada desde el mundial de Corea-Japón 2002 -el primero desde la salida de la convertibilidad- hasta la fecha. Desde entonces, y a la espera de la cita en el país asiático, pasaron cinco mundiales: Corea-Japón, Alemania, Sudáfrica, Brasil y Rusia.
Según el cálculo de Di Pace (para el que se valió de datos privados, debido al vacío estadístico registrado entre 2008 y 2016) la inflación acumulada llega a 18.406%. Usar la información oficial tampoco suaviza tanto la situación, ya que el valor alcanzado sería de 13.731,97%.
El mayor salto inflacionario entre mundiales se vio en los cuatro años transcurridos entre Rusia 2018 y Qatar 2022, con un 648%, aunque desde Sudáfrica 2010 cada período de cuatro años significó un aumento de la inflación por un valor de tres cifras: 256,47% para 2010-2014 y 356,91% para 2018-2018.
Otro de los datos tomados por Di Pace es la devaluación del peso desde la cita futbolística de 2002. Desde entonces hasta el siguiente mundial, el tipo de cambio se devaluó en 4 años un 4,6%, una devaluación ínfima si se compara con lo ocurrido entre Rusia 2018 y este año: 923%.
Según el economista, el tipo de cambio en el mundial del Japón 2002 equivale ahora en $455, que si se compara con los actuales $291 en el paralelo muestra el verdadero atraso cambiario, ya que el gobierno insiste en el uso del tipo de cambio como ancla inflacionaria al costo de un mercado desdoblado en múltiples dólares informales, muy lejos de los 157 pesos del dólar comercial oficial.
