A partir del 19 de julio, el Reino Unido eliminará las restricciones sanitarias que siguen vigentes por la pandemia, como el uso de mascarillas y el distanciamiento social obligatorio.
Aunque el secretario de Sanidad, Sajid Javid, estima que los casos de seguirán al alza y que, incluso, podrían dispararse hasta los 100.000 diarios (más de el doble de los actuales), el país apostará a una estrategia de “convivencia” con el coronavirus.
El Gobierno profundizará su atención en las hospitalizaciones y en el número de muertos, dos datos que mejoraron durante los últimos meses. El lunes, el Ministerio de Sanidad notificó nueve fallecidos.
Con el 64 por ciento de la población con la pauta completa de vacunación completa, las autoridades estudian fórmulas para facilitar la vida de quienes ya tienen las dos dosis.
Javid abogó por “tratar de forma diferente” a quienes ya estén inmunizados y alentó a la gente a seguir usando barbijos en lugares concurrido.
La Administración británica que encabeza el primer ministro Boris Johnson resolvió apelar a la responsabilidad individual a pesar del aumento de los contagios de la variante Delta.
En una rueda de prensa, Johnson precisó que si el 12 de julio se confirman los datos epidemiológicos favorables, la semana siguiente desaparecerán las “limitaciones legales” y podrán reabrir los sectores aún clausurados de la economía, como algunos grandes eventos y el ocio nocturno, sin límite de aforo.
Johnson dijo además que se está conversando con el sector turístico y las aerolíneas para tratar de eliminar la obligación de cumplir cuarentena para aquellos viajeros vacunados que regresen al Reino Unido desde destinos como España, Francia o Italia.
Si bien reconoció que a medida que se relajen las restricciones aumentarán los casos positivos, sostuvo que ahora, con las escuelas cerradas por el verano, es el mejor momento para “aprender a convivir” con la enfermedad. “Si no abrimos ahora, entonces ¿cuándo?”, se preguntó.
Subrayó también que los ciudadanos deberán emplear “su propio juicio” para valorar su comportamiento en cada situación y “gestionar cuidadosamente los riesgos”.
El líder laborista, Keir Starmer, primero de la oposición británica, calificó el plan del Gobierno conservador como “peligroso” y pidió mantener alguna protección, como las mascarillas; sobre todo, en los lugares cerrados o en el transporte público.
Por lo pronto, las otras regiones británicas -Escocia, Gales e Irlanda del Norte- mantienen diversas restricciones.