Un estudio actualmente en curso evaluó a más de 400 adultos mayores de 60 años que tuvieron COVID-19, revelando que más del 60% presenta algún grado de deterioro cognitivo. La investigación está dirigida por el doctor Gabriel de Erausquin, Director del Laboratorio de Desarrollo, Modulación y Reparación Cerebral del Glenn Biggs Institute of Alzheimer & Neurodegenerative Disorders, Universidad Texas Health San Antonio.
El estudio está financiado por la Fundación Fultra (Fundación de Lucha contra Trastornos Psiquiátricos y Neurológicos en Minorías) de Argentina y la Asociación Internacional de Alzheimer. Entre los investigadores se destacan la doctora Gabriela González Alemán, de la Universidad Católica Argentina y el Lic. Agustín Yécora, Secretario de Salud Mental y Adicciones de la Provincia de Jujuy.
“No se sabe si el deterioro, tal como el olvido y la dificultad del lenguaje, será progresivo. Las personas, hasta ahora, fueron estudiadas una vez pero realizaremos un seguimiento durante los próximos tres a cinco años” señaló Gabriel de Erausquin, investigador principal, durante la conferencia en Denver de la Asociación Internacional de Alzheimer, el último 29 de Julio.
Estos investigadores observaron problemas cognitivos aún en pacientes cuyos síntomas de COVID fueron similares a los de una gripe común con leve afección respiratoria.
La evaluación de los pacientes incluye la presencia y la severidad de anosmia o pérdida del olfato. El bulbo olfatorio, sede de las células nerviosas que reaccionan al olfato, es la puerta de ingreso del virus al sistema nervioso.
“La falta persistente de olfato se asocia con cambios cerebrales. Una vez que el virus afectó el bulbo olfatorio, genera efectos que pueden verse mediante neuroimágenes. A partir de ahí, otras regiones cerebrales conectadas al bulbo olfatorio también pueden volverse anormales, ya sea en función, estructura o ambas” dijo de Erausquin.
Entre los estudiados, el 78% padeció la infección por SARS-CoV-2 con diagnóstico confirmado por la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR). La otra cuarta parte de los voluntarios nunca se infectó con el virus.
Según la doctora Gabriela González Alemán, Directora Ejecutiva de Brainpoints y Profesora Titular en la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la UCA, se observó en un tercio de los pacientes, un deterioro similar al de la demencia y aclara que todavía no pasó suficiente tiempo para aseverar cómo evolucionará y que para ello es fundamental el seguimiento de los pacientes para determinar si es reversible o no.
Las personas de entre 60 y 70 años tienen habitualmente alrededor de un 6% de riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. La población en estudio en la provincia de Jujuy presenta una tasa de deterioro cognitivo que es 10 veces mayor.
“Somos vulnerables a padecer muchas enfermedades pero para que esto ocurra, deben presentarse agentes que actualicen esa vulnerabilidad a nivel genético y que entonces la enfermedad efectivamente se presente. El coronavirus podría ser uno de los agentes que faciliten la presentación de síndromes de deterioro cognitivo”, advirtió González Alemán.