Los trabajadores de Molino Cañuelas se encuentran en alerta por la posibilidad de quiebra del gigante del sector que debe US$1.400 millones a sus acreedores y corre riesgo de enfrentar un proceso de quiebra.
“Los trabajadores molineros temen por la posible pérdida de puestos de trabajo”, advirtió en las últimas horas el sindicato nacional de la actividad, después de que se supo que la firma tiene una deuda multimillonaria en dólares “prácticamente insalvable”, según los representantes molineros, que en rigor de verdad impactará sobre trabajadores agremiados en diferentes ramas de la actividad. Por eso el Sindicato de Trabajadores de la Alimentación (STIA) buscan una salida que deje a la empresa funcionando y mitigue las consecuencias sociales de la crisis.
Por supuesto, en la misma línea se ubican una gran cantidad de empresas proveedoras, que esperan cobrar al menos parte de las deudas y evitar un efecto dominó de arrastre de la crisis, lo que multiplicaría consecuencias negativas y podría comprometer el empleo de cientos de familias.
Los problemas se remontan a 2016, cuando una caída en el valor de la moneda y una fuerte contracción económica dificultaron el pago de préstamos denominados en dólares.
Molino Cañuelas Sacifia es uno de los mayores productores de alimentos y moliendas de granos de Argentina.
La firma abrió concurso de acreedores tras 18 meses de conversaciones fallidas para reestructurar su deuda de US$1.400 millones. Aldo Navilli, el líder de la familia que controla el negocio, está encabezando ese proceso,que se tornó más plausible cuando su rival en los agronegocios, Vicentin SAIC, tomó el camino de la Justicia de Quiebras. Operadores del sector anticipan que durante este mes o el próximo se presentaría una solicitud de quiebra que dejaría en off side a los acreedores,centralmente a un grupo de unos 20 bancos que hicieron una contrapropuesta en los últimos días en la que ofrecieron aceptar varios activos.