viernes 22, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Guerra comercial EEUU-China abre nuevo escenario para Argentina

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El gobierno estadounidense sube los aranceles, que ahora afectarán US$200 mil milones de importaciones orientales. La medida profundiza la disputa, que beneficiará a Brasil y la región. Sin embargo, la sequía atrasa la llegada de dólares, por ahora

La administración de Donald Trump decidió elevar los aranceles aduaneros a $200 mil millones en importaciones chinas hasta el tope de 25 por ciento, confirmaron ayer funcionarios de la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR).
“El presidente ha instruido al embajador Robert Lighthizer que considere la posibilidad de aumentar los aranceles (…) del 10% al 25% sobre los 200 mil millones de dólares de las importaciones chinas”, dijo uno de estos funcionarios, indicando que el objetivo de la nueva medida era “alentar a China a cambiar su comportamiento”, luego del rechazo oriental a los aranceles estadounidenses y la contraposición de las mismas barreras desde China a productos provenientes de EEUU.

El recrudecimiento de la guerra comercial entre las dos potencias viene impactando positivamente en el precio de las commodities agropecuarias que exporta Argentina y el anuncio de ayer multiplica por cuatro la incidencia esperada hasta ahora en el precio de los alimentos de la batalla comercial a la que se han lanzado las dos mayores economías del globo.
En especial la guerra de aranceles abre un escenario inédito para la producción agropecuaria de la región sudamericana. Brasil, en primer lugar, y Argentina, después, serán al menos en el corto plazo los principales beneficiados del nuevo cuadro.
El presidente del gigante estatal chino Cofco Corp, Yu Xubo, aseguró en un claro guiño a Sudamérica que promoverá “una mayor producción local de soja, ampliando fuentes de abastecimiento de carne, soja y harinas proteicas proveniente de otros países”.
En la industria agrícola argentina, incluso, se entusiasman con otra posibilidad: China no importa harina de soja porque tiene una política orientada a promover la industrialización en territorio propio. Sin embargo, en el nuevo escenario global -inédito en términos históricos- no se descarta que esto pueda llegar a cambiar.
“Hay que seguir de cerca la guerra comercial porque que China reemplace la soja de Estados Unidos con más importaciones de harina es verdaderamente todo un cambio de paradigma”, comentó a la prensa especializada Pablo Adreani, analista de mercados de granos.
El tema es que, en lo inmediato, Argentina no podrá aprovechar las oportunidades que genera la disputa entre las dos potencias mundiales. El drama de la sequía de la campaña 2017/18 dejó una cosecha de soja de apenas 36 millones de toneladas.

Se trata de unas 20 millones de toneladas menos respecto a lo que se esperaba al inicio del ciclo, cuando todavía los suelos mostraban niveles de humedad aceptables. Además, lo poco que se cosechó presentó una calidad por debajo de la que requiere la demanda.
Brasil, por el contrario, acaba de cerrar una cosecha de soja récord de unas 110 millones de toneladas.
En ese país no solamente apuntan a la soja. Su ministro de Agricultura, Blairo Maggi, estimó que la producción total de granos brasileña podría aumentar hasta 30% en los próximos 10 años, pasando de 232 millones a 302 millones de toneladas en 2028.
Para Argentina, la esperanza está puesta en la campaña 2018/19. “Si el clima acompaña, habrá una entrada de dólares muy diferente a la de este año”, estimó ayer la economista cordobesa Florencia Constantino.
Estados Unidos impuso el 6 de julio recargos arancelarios sobre US$34 mil millones de las importaciones chinas. Beijing contrarrestó gravando la misma cantidad de importaciones desde los Estados Unidos.

Dólares frescos 2019

El conflicto comercial entre las dos más grandes potencias globales abre un escenario inédito al país.

La restricción externa de la economía nacional encuentra una nueva fuente de financiamiento. Los dólares del agro pueden alimentarla.

Todo depende de las dos cosechas que vienen, en particular de la gruesa 2018/19. Si hay buen clima y no se repite la sequía de este año, será una “oportunidad histórica”.

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