“Importar es más barato que producir”, reconocen en el sector, por lo cual muchas empresas están orientando su actividad hacia el comercio. Brasil, China y Vietnam son los principales países proveedores de zapatos y zapatillas. Por Javier De Pascuale – [email protected]
El boom importador jaquea la industria nacional del calzado, que se debate entre reconvertirse a la actividad comercial o abandonar definitivamente el sector. En distintas provincias del país se cierran fábricas al mismo ritmo que se pactan contratos de compra de zapatillas chinas o brasileñas a un promedio de 220 pesos el par, precio que torna imposible la competencia con la producción nacional.
“Quien se dedicaba en 80 por ciento de su actividad a la producción y 20 al comercio, hoy está viendo cómo invierte esos términos ya que importar es más barato que producir”, explican en un sector que está viviendo una verdadera invasión de productos extranjeros a precios altamente competitivos.
Según datos oficiales del monitor de comercio exterior del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), desde noviembre pasado se duplicó la importación de zapatillas: mientras en noviembre ingresaban al país 248 toneladas, en marzo de este año superaban 500, con un leve descenso en abril. Algo más grave ocurre en la producción de calzado deportivo nacional: en noviembre ingresaban 31 toneladas de pares; en abril pasado, casi cien toneladas.
Los números explican el fenómeno de manera muy cruda. Las zapatillas pasadas por Aduana ingresaron en abril pasado a un precio promedio de 34 dólares el kilogramo. En el sector rige un precio de referencia (mínimo) de 13,70 dólares el par, poco más de 40 dólares el kilo, bastante desactualizado para la industria local.
“Un contenedor con calzado de Brasil o China ingresa a un rango de entre 20 y 24 dólares el kilogramo, precio CIF, a lo cual hay que aplicarle el mínimo de referencia y los impuestos”, confirma un despachante de aduanas que trabaja para importadores de calzado. El dato revela que a un dólar a 14 pesos, ¿se puede importar calzado a menos de 230 pesos el par?, consultó este periodista al presidente de la Cámara del Calzado cordobesa: “Así es, se ingresa calzado a 16 dólares y es un nivel que está provocando recesión en la industria local”, tronó Miguel Hames, presidente de la Cámara Industrial del Calzado.
Un rápido recorrido por la calle San Martín de la capital cordobesa confirma lo que dicen los papeles. Se pueden ver hasta manteros vendiendo zapatillas orientales. “Brasil no se queda atrás; con su crisis salió ahora con todo para ‘encajar’ acá lo que no vende allá”, dice un operador del sector.
Volviendo a los papeles de Aduana, se observa que los tres principales países de donde proviene el calzado importado en lo que va del año son Brasil, China y Vietnam, en ese orden. Le siguen India, Tailandia, Camboya, Indonesia, en un listado que ambién incluye España, Portugal y hasta el Reino Unido. Es que hay caballeros que quieren calzado inglés, parece.
El monitor de comercio exterior del Indec confirma el ingreso de 8 millones de pares a razón de 7 dólares el par, lo que exhibe los precios y la competencia la global (ver aparte).
El panorama negativo se completa con una baja en la demanda interna, que se estima en 20% interanual en el primer trimestre de 2016, producto de una inflación desbocada y sueldos más que rezagados.
Producen Menos, importan Más
Los casos de puma y topperEntre los casos más conocidos de reconversión o cierre de empresas argentinas fabricantes de calzado se cuentan Herzo, en la provincia de San Luis, y Calzar, en La Pampa.
La primera, asentada hace más de 30 años en la localidad puntana de Concarán, anunció hace un mes el cierre definitivo de la producción de zapatillas Puma y su reconversión total a importadora de ese calzado deportivo. Abierto el conflicto subsecuente con los trabajadores, tras idas y vueltas con el Gobierno provincial, la empresa emitió recientemente un comunicado en el que negó el cierre de la producción pero confirmó su reconversión: dijo que “se encuentra en un proceso de modificación de su esquema productivo” para producir indumentaria Puma y ya no zapatillas.
Calzar, por su parte, es una empresa del grupo Alpargatas asentada en el parque industrial de Santa Rosa, que fabrica zapatillas Topper. Anunció la baja de 60 contratos de la línea de producción. Producirá menos e importará más.Entraron 8 millones
de pares a un precio promedio de US$7 el par -menos de $100--Con unas 2 mil fábricas y más de 85 mil puestos de trabajo -entre directos e indirectos- la industria del calzado tuvo en 2015 un año récord de producción, cuando llegó a 125 millones de pares.
Sin embargo, esa cifra hoy aparece como el tope de las proyecciones. Los fabricantes prácticamente ven esta temporada como una prueba, y esperan el verdadero test sectorial para el verano.
– Hasta el año pasado, 85 por ciento del consumo doméstico se abastecía con producción nacional y el 15 por ciento restante con productos importados. De este modo, el año pasado culminó con la compra al exterior de 22,4 millones de pares, 25 por ciento de aumento respecto de 2014.
– Los mismos números revelan que hasta abril pasado habían ingresado poco más de 8 millones de pares, por un valor CIF de 57 millones de dólares, es decir, a un precio promedio por par de 7 dólares, menos de cien pesos.
– Alberto Sellaro, presidente de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), explicó al diario Ámbito Financiero que el crecimiento de las importaciones en los dos primeros meses del año se debió a que el Gobierno habilitó las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) que la administración anterior no había firmado. Sellaro aseguró que los fabricantes han planteado firmemente al Gobierno la idea de que si las importaciones superan 22 millones de pares, en la industria empezarán a caer los puestos de trabajo.
“Quiero creer que el Gobierno deberá priorizar los puestos de trabajo”, explicó, y afirmó que le consta que en estos días el Poder Ejecutivo no está firmando nuevas licencias de importación.