El uso de los recursos naturales se triplicó en el mundo desde 1970, una tendencia que sigue en alza y debe ser “crucial” en las políticas ambientales, según un Informe de Recursos Globales presentado esta semana en Nairobi por ONU Medio Ambiente.
“En un mundo en el que todos estamos conectados, nuestras responsabilidades aumentan y el enfoque en los recursos es crucial”, explicó Janez Potocnik, portavoz del Panel Internacional de los Recursos, en el marco de la IV Asamblea de Medio Ambiente de la ONU, que se realiza hasta mañana en Nairobi.
Este grupo científico de expertos, desarrollado por el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), también conocido como ONU Medio Ambiente, tiene como objetivo ayudar a las naciones a utilizar sus recursos naturales de una manera sostenible, sin comprometer el crecimiento económico y las necesidades humanas.
En la última mitad de siglo, la población mundial se duplicó -con previsión de llegar a los 9.300 millones de habitantes en 2050- junto a la extracción de materiales, un proceso responsable de 90 por ciento de la pérdida de la biodiversidad y la generación de la mitad de los impactos climáticos, según el informe. “Si no se tienen en cuenta los recursos, será muy difícil lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS, de la ONU). Podemos hacerlo mejor, pero tenemos que emprender acciones pronto y de manera contundente”, señaló Bruno Oberle, autor del informe y académico en la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL) de Suiza.
Estas conclusiones se anunciaron a los medios como parte de UNEA-4, un evento que congrega a representantes de 193 países, incluidos jefes de Estado y ministros, para tratar temas como el plástico, los residuos, los químicos, la contaminación o el derecho medioambiental, entre otros.
En el texto también se enfatizó que el modelo actual del uso de recursos supone un “impacto negativo en el medio ambiente y la salud humana”.
En el informe se subraya cómo los beneficios económicos de la explotación de recursos se reparten de manera desigual entre países y regiones, elevando la desigualdad entre naciones ricas y otras en desarrollo.
Para Oberle, la clave está en buscar “soluciones inteligentes” e invertir en innovación y nuevas tecnologías, de manera que el crecimiento sea “más lento, pero superior”.