El Ministerio de Agricultura y Ganadería difundió los números que dejó el programa Buenas Prácticas Agropecuarias en su ciclo 2018. Se ejecutó la totalidad del fondo de 100 millones de pesos
En estos días, el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Provincia se encuentra realizando las últimas entregas de aportes del Programa de Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA), correspondientes al ciclo 2018. En la recta final de ese cumplimiento “con los productores que hacen bien las cosas”, la cartera divulgó los números de esta iniciativa en su segundo año de ejecución.
En el ciclo 2018 resultaron beneficiarios 3.147 productores, es decir titulares o responsables de establecimientos agropecuarios que se inscribieron en el programa, cargaron y validaron una o más prácticas, y recibieron su aporte correspondiente.
Si se suman además quienes fueron únicamente adherentes, es decir aquellas personas que se inscribieron, cargaron sus datos pero no completaron el proceso para la obtención del beneficio, son en total 5.197 los productores que se involucraron. Si se compara con el ciclo 2017, en el que los beneficiarios fueron 1.807, el incremento fue de 1.340 productores para recibir aportes.
Se ejecutó la totalidad del fondo de 100 millones de pesos que se destinó para la iniciativa en el ciclo 2018 y otro dato importante que surge es el considerable aumento en la cantidad de prácticas que se validaron, 12.884 contra 7.774 del año 2017. Esto también impactó de manera directa para el incremento en la superficie de hectáreas bajo el Programa de Buenas Prácticas Agropecuarias, 1.095.883,11 en 2018, mientras que el año anterior habían sido 697.817 hectáreas.
Departamentos y prácticas
En lo que respecta a la información por departamentos, San Justo renovó su “chapa” de ser el principal aportante de productores para el programa, con 539 beneficiarios, lo que implica 17,13 por ciento; le sigue el departamento Roque Sáenz Peña con 417 (13,25%); Capital con 306 (9,72%); Río Cuarto con 244 (7,75%); Marcos Juárez con 208 (6,61%); y Unión con 181 (5,75%), entre los que mayor adhesión tuvieron.
En cuanto a las prácticas que mayor volumen de validaciones tuvieron, el primer lugar corresponde a Asociativismo con 2.825, seguida por Capacitación con 2.451 y por Plan Pecuario con 1.822. Luego vienen las prácticas de Pasturas Implantadas con 1636, Rotación con Gramíneas con 1622, Nutrición de Suelos con 1024, Indicagro con 585, Plan Hortícola-Frutícola con 327, Conservación de Suelos con 100, Riesgos Agropecuarios con 68, MGI con 63, Riego Tecnificado con 20 y finalmente ASC con nueve validaciones.
Diversidad y territorialidad
Para resumir en dos conceptos lo que significó el ciclo 2018 del Programa Provincial de Buenas Prácticas Agropecuarias, diversidad y territorialidad serían los más adecuados.
Diversidad porque entre las 13 prácticas que se pusieron en consideración para su validación, abarcan todo tipo de producciones, cultivos y actividades agroganaderas; y territorialidad porque en todos los departamentos de la provincia hubo productores beneficiarios. Otro aspecto para destacar es que el programa se desarrolló teniendo en cuenta el ingreso de productores pequeños, medianos y grandes.
Del procesamiento de los datos también se destaca el hecho de que de las 12.752 cuentas catastrales, 7.827 corresponden a no propietarios; de esto se desprende que gran parte de los arrendatarios que hacen usufructo de una tierra que no es suya, también trabaja cuidando los recursos y mirando hacia una producción sostenible.
Además, las dominantes son las que están relacionadas con el eje social, al igual que en 2017; y de los 26 departamentos, solo en seis disminuyó la cantidad de productores, mientras que en el resto el número de beneficiarios creció notablemente.
El programa
Cabe recordar que el programa de BPA tiene como metas principales conservar el suelo, manejar de manera eficiente el agua, innovar tecnológicamente, capacitar, disminuir los impactos de las actividades y fundamentalmente producir protegiendo los recursos.
Para poder alcanzar estas metas, el productor recibe aportes económicos según la cantidad de prácticas de adhesión voluntaria implementadas. Cada una de las prácticas que pueden validarse dentro del esquema del programa tiene sus beneficios. Algunas tienen montos fijos y otras variables, y también depende del tamaño de la Unidad de Manejo (cantidad de hectáreas). De esta manera, se logra una distribución mayor para los productores de menores superficies por Unidad de Manejo.