Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) relacionadas con el turismo son cuatro veces mayores que las estimaciones anteriores, según un estudio realizado por el Integrated Sustainable Analysis de la Universidad de Sydney y remarca que ya es responsable de casi una décima parte de los GEI globales.
Se determinó que entre 2009 y 2013, la huella de carbono global del turismo aumentó de 3.9 a 4.5 Gt de CO2, lo que representa alrededor de ocho por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
La investigación tardó un año y medio y evaluó desde la comida hasta el impacto de los souvenirs y los vuelos. “Es una evaluación completa del ciclo de vida del turismo mundial, asegurando que no perdamos ningún impacto”, explicó el autor Arunima Malik, de la Facultad de Física. Para ello se incluyó más de mil millones de cadenas de suministro y sus impactos en la atmósfera.
El estudio se realizó a 189 países y se identificó a Estados Unidos, China, India y Alemania como los países donde se genera mayor cantidad de emisiones, pero los pequeños países como Maldivas, Mauricio, Chipre o Seychelles también generan una cantidad desproporcionada de emisiones producto del turismo, -considerando su baja población y extensión territorial-. En estos lugares el turismo internacional representa entre 30 y 80% de las emisiones nacionales.
Los viajes aéreos fueron identificados como una de las actividades que mayor cantidad de emisiones de efecto invernadero genera.
Por su parte, los investigadores recomiendan que la asistencia financiera y técnica ayude a compartir las cargas, como el calentamiento global en los deportes de invierno, el aumento del nivel del mar en las islas bajas y el impacto de la contaminación en los destinos exóticos y vulnerables. También recomiendan el impuesto al carbono, en particular para la aviación, para reducir el crecimiento futuro, no controlado, de las emisiones relacionadas con el turismo.