A diferencia de lo que pasaba hace más de una década, cuando pensar en Responsabilidad Social se refería sólo al compromiso de la empresa con la sociedad, hoy el enfoque está puesto en la gestión sustentable de la compañía, sea ésta grande, mediana o pequeña.
Este es el cuarto año consecutivo en que el Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria (Iarse) organiza la Jornada Regional de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) y Sustentabilidad del Centro del País. En esta nueva edición seguirá el lema “La Sustentabilidad marcando el rumbo de la Innovación y el Cambio”. La jornada tiene por objetivo potenciar capacidades para construir mayor conocimiento y fortalecer una agenda regional que refleje nuevas tendencias y herramientas asociadas a la “gestión responsable orientada a la sustentabilidad”.
Es considerada uno de los eventos más importantes del interior del país en lo que respecta a la gestión de la RSE y la sustentabilidad, con lo cual se ha posicionado como una referencia de la región. Luis Ulla, director Ejecutivo de Iarse, aseguró que “la sustentabilidad” será el eje de la jornada y que -para referirse a esa temática- se contempló un conjunto “muy interesante de panelistas”, con miradas muy diferentes” . “Desde el Iarse nos interesa siempre poder presentar la diversidad de visiones que hay sobre un mismo tema de RSE y sustentabilidad como un modelo de gestión empresaria, siempre mostrando la diversidad de enfoques”.
– Cuando habla de diversidad de enfoques para tratar esta temática, ¿a qué posturas hace referencia?
– Existe un enfoque tradicional e histórico que se ha ido diluyendo pero que en su momento marcó un eje. Se refería a pensar la RSE sólo en relación al compromiso de la empresa con la sociedad. En términos globales, es lo que se habló en algún momento como filantropía empresarial. En resumen, esa visión conceptual era la que pensaba que lo importante era cuánto de las ganancias la empresa donaba a la comunidad. Esa visión se ha ido corriendo en un lapso de 14 ó 15 años hacia un enfoque centrado absolutamente en la gestión. Es decir, lo importante ahora es mirar cómo se maneja la empresa y, en ese sentido, el foco está puesto en cuáles son los criterios con los que se adoptan las decisiones.
– ¿Y cuáles son esos criterios?
– Están relacionados fuertemente con la idea de sustentabilidad y eso se va expandiendo a la lógica de la transparencia. En el mundo, las empresas crecieron enormemente. Algunas hasta llegan a ser más grandes en términos económicos que muchos Estados y entonces avanza la idea de rendición de cuentas, de transparencia. Se trata de un concepto que viene del mundo de lo público pero que lleva a preguntarse si el beneficio privado es compatible con el bien público. En ese sentido es donde se les exige transparencia a las empresas. Eso tiene que ver con que ya no es importante cuánto dona una empresa a la comunidad sino que pueda contar de qué manera gana el dinero.
– En esta tendencia mundial de sustentabilidad en la gestión de las empresas, ¿en qué lugar está ubicada Argentina respecto a otros países?
– Creo que conceptualmente Argentina felizmente sigue integrando un pelotón de punta en el mundo; está entre los 20 ó 25 países que están más evolucionados en el tema, lo que ubica al país en un lugar significativo. Sin embargo, ese desarrollo conceptual probablemente no se condiga con la adopción de la temática a nivel de una práctica empresaria cotidiana. Por lo tanto, creo que nos queda un enorme desafío y un gran trabajo por delante. Un tiempo atrás, lo importante era tener claro que éste era un tema ligado a la gestión; pero ahora lo importante es que cada decisor en el mundo de las empresas lo vea de esa manera y lo practique a diario.
– ¿Cómo define la adopción de la sustentabilidad en las empresas? ¿ocurre más en las pymes o en las grandes empresas?
– Una de las transformaciones que hemos visto en estos últimos ocho años es que pasó de ser un tema corporativo, un tema que era sólo de las grandes, a ser actualmente visto como un modelo de negocios. Incluso, su máximo nivel de evolución se transforma en lo que se llaman hoy las “empresas B”, un nuevo modelo de empresa. Entonces decimos que ya no es un tema de tamaño sino un tema de convicciones. Hay grandes empresas que lo aplican con absoluta seriedad y hay muchos buenos dueños de pymes o familias empresarias que lo aplican con un nivel de convicción fantástico que realmente contagia e ilumina al resto.
– ¿Y de qué manera influye en este tema la cadena de valor?
– Sucede que también el tema fue puesto en la cadena de valor por las medianas y las grandes empresas. Es decir, hoy en día se habla mucho de la trazabilidad de los negocios en términos sociales y ambientales. Ya no se acepta comprar donde es más barato sino que ahora es importante que la empresa demuestre que realiza sus compras donde no se violan los derechos humanos y la dignidad de la persona y donde no se agrede inútilmente el medio ambiente como un capital de las futuras generaciones. Por lo tanto, hoy hablamos de trazabilidad social y ambiental, junto con una trazabilidad ética y, en ese sentido, la empresa grande o mediana que descubre que su poder de compra tienen un alto nivel de transformación y de cambio empieza a exigir a sus proveedores -que habitualmente son pymes-, que rindan cuentas de dónde y cómo están hechos los productos o servicios que las grandes o medianas le contratan.
– ¿Qué expectativa tiene el equipo del Iarse para esta jornada?
– Tenemos una gran expectativa de que más gente aproveche en Córdoba este tipo de encuentros. Para ser honesto, lo que hacemos aquí tiene calidad internacional. No se encuentra este nivel de oradores en otros eventos en Argentina e incluso en la región. Por lo tanto, es importante que tanto el sector empresarial y hoy también del sector académico y el de gobierno aprovechen estas instancias para generar una amplitud en la visión y entender esta complejidad de la sustentabilidad como el único desafío posible que nos queda si queremos sobrevivir, incluso en términos de especie
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