Prada, Starbucks y Kraft Heinz se encuentran entre las firmas con más baja puntuación en el ranking anual de la organización Corporate Human Rights Benchmark. La mayoría de las compañías de las industrias agrícola y textil no hacen lo suficiente para prevenir el trabajo infantil
Cuarenta de las 101 principales empresas extractivas, agrícolas y de prendas de vestir o calzado no demuestran respeto por los derechos humano, según el parámetro empresarial de derechos humanos (Corporate Human Rights Benchmark, CHRB) de 2018.
El estándar mide el rendimiento de las empresas en 100 indicadores basados en los principios rectores de los derechos humanos de las Naciones Unidas. Utiliza información disponible públicamente sobre temas como el trabajo forzoso, la protección de activistas de derechos humanos y el salario digno y evalúa a las empresas hasta otorgarles puntuación en esos ítemes.
En el ranking de este año, dos tercios de las empresas obtuvieron menos de 30 de puntos en promedio, cuando el máximo de calificación para una firma es 100.
El gigante de ropa deportiva Adidas llegó a la cima del listado con 87. Le siguieron las mineras Río Tinto Group y BHP Billiton, mientras que dos compañías chinas, la fabricante de licores Kweichow Moutai y la marca de moda rápida Heilan Home, ocuparon el último lugar.
“Si bien vemos un claro progreso de algunas compañías, la mayoría no logran obtener la calificación. Setenta años después de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, esto es muy preocupante. Si las empresas no demuestran claramente su respeto por los derechos humanos, entonces los gobiernos deberían intervenir con leyes más estrictas para proteger a las personas”, indicó Margaret Wachenfeld, directora Independiente de CHRB y codirectora del Comité de Metodología de CHRB.
Bajo promedio
El puntaje promedio en todas las compañías aumentó desde la primera evaluación en 2017, pero sigue siendo inaceptablemente bajo, con 27% de buenas puntuaciones. La investigación muestra que, en general, las empresas deben mejorar en informar sobre cómo hacer coincidir sus compromisos en papel con una acción clara y coherente en la realidad cuando se identifican abusos o riesgos de los derechos humanos.
“El trabajo forzoso e infantil, la igualdad de género y la protección de activistas son algunos de los problemas más apremiantes de nuestro tiempo. Las compañías necesitan mostrar cómo están abordando estos desafíos, para protegerse de las sanciones legales o las acciones de los inversionistas y consumidores”, afirmó John Morrison, director Ejecutivo del Instituto de Derechos Humanos y Empresas.
Las compañías en el extremo superior de las clasificaciones demostraron que identifican y administran los riesgos como una parte clave de su negocio principal. Puntuaron particularmente bien en la transparencia de las políticas y prácticas de derechos humanos. Mientras tanto, las compañías en la parte inferior del ranking no mostraron ningún compromiso con las preocupaciones de derechos humanos.
En este marco, CHRB está pidiendo a las empresas que mejoren su desempeño en materia de derechos humanos y que utilicen el sistema de puntuación para comprender dónde se pueden realizar dichas mejoras.
También hace un llamamiento a los inversores para que desafíen a las empresas con bajo rendimiento y utilicen su influencia para impulsar mejoras.
“Este ranking debería servir como una llamada de atención para las empresas de todo el mundo. Demasiadas aún no están haciendo lo suficiente para respetar los derechos de las personas involucradas o afectadas por sus operaciones, a pesar del aumento del escrutinio de los inversores y el impacto negativo que tiene sobre el rendimiento y las perspectivas a largo plazo de una empresa. Si bien algunas empresas muestran el camino a seguir, el panorama general es profundamente preocupante”, indicó Steve Waygood, director de inversiones responsable de Aviva Investors,la compañía de administración de activos.
Otros hallazgos claves
– Prácticamente ninguna empresa demuestra un compromiso sólido para garantizar en sus propias operaciones y cadenas de suministro que se paguen salarios dignos a los trabajadores.
– Menos de 10 por ciento de las empresas se compromete a respetar a los defensores de derechos humanos.
– Existe una clara brecha entre las compañías que reconocen las acusaciones y se involucran realmente con los afectados y aquellas que no lo hacen.