Los resultados de una investigación demuestran que este sistema de transporte reduce el número de vehículos privados en la calle, la cantidad de kilómetros recorridos y la emisión de gases de efecto invernadero
Se presentó el primer estudio de impacto del carsharing (vehículos compartidos), una iniciativa del Centro de Investigación para la Sostenibilidad del Transporte (TSRC), que revela que la propuesta “Car2go” tiene un impacto sustancial en la mejora de la movilidad urbana y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Car2go tiene presencia en nueve países y casi 30 ciudades. Funciona como un sistema de autos compartidos de acceso instantáneo de una vía dentro de una zona urbana predefinida.
Los usuarios pueden encontrar un vehículo estacionado desocupado, acceder a él de inmediato y lo utilizan para satisfacer sus necesidades de viaje locales. El sistema usa coches eléctricos que permite moverse por la ciudad sin contaminar. No hay que dejar el tanque lleno como ocurre con otros autos alquilados y se puede alquilar vía online y regresar el vehículo adonde uno quiera.
Por medio de un estudio de tres años se buscó analizar el impacto ambiental de esta iniciativa para recopilar datos que muestren claramente cómo la idea de compartir vehículos reduce el número de automóviles que circulan en las calles de la ciudad y con ello las emisiones.
“El trabajo de investigación revela que los vehículos Car2go dan lugar a un menor número de automóviles privados en la calle, un menor número de kilómetros recorridos por vehículo y una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero”, dijo Susan Shaheen, director de TSRC.
Efectos concretos
El carsharing, como se conoce al uso compartido de un vehículo, fue ganando aceptación en todo el mundo, pero los investigadores querían saber más acerca de los efectos que estaba teniendo.
Para el estudio, se observó específicamente el uso compartido de vehículos de una sola vía, lo que permite a los miembros, que pagan por minuto, comenzar y terminar un viaje a diferentes lugares mediante un modelo basado en lugares de estacionamiento designados.
El estudio reveló, principalmente, las siguientes conclusiones: entre dos y cinco por ciento de la población de Car2go vendió su vehículo porque ya no lo necesitaba, otro siete a 10 por ciento de los encuestados no compró un vehículo debido a que usa este servicio, cada vehículo de la empresa elimina entre siete y 11 automóviles de la ciudad, en total, Car2go extrajo un estimado de 28 mil autos fuera de la calle reduciendo la demanda de estacionamiento, esto generó una reducción de cuatro a 18 por ciento en gases de efecto invernadero (GEI) en toda la población de estudio.
¿Y en Argentina?
A principios de año, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, tuvo entre sus manos un plan para instalar un sistema de alquiler de vehículos en el macrocentro porteño. Por lo ambicioso, tal vez, el plan todavía está en etapa de incubación.
Pero entre los privados hay iniciativas, como Sincropool, una startup que ofrece soluciones de movilidad para empresas bajo el formato carpooling (varios empleados que comparten un mismo auto). La firma opera hoy con más de 30 clientes, entre ellos Ternium, Ford, Volkswagen, Accenture y Carrefour.
Algo más concreto sucede en la ciudad de Rosario. Hace menos de un mes, el municipio, a cargo de Mónica Fein, analizó la incorporación al sistema de transporte público de carsharing, con una flota de autos eléctricos que se encontrarían disponibles en distintos puntos de la ciudad.
La administración de Fein analiza distintas formas para implementar el sistema y ya se puso en contacto con posibles desarrolladores del proyecto. Los vehículos podrían instalarse junto a las estaciones de “Mi bici, tu bici” e integrarse con la tarjeta MOVI, aprovechándose así los desarrollos técnicos propios del municipio.