viernes 22, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

El señor de las moscas

ACEPTACIÓN. El máximo tribunal provincial convalidó el poder posteriormente dado al letrado y admitió la prueba que ofreció.
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Por Francisco Lavisse (*)

Cual la célebre novela de William Golding, veo asombrado los paralelismos que existen en la novela y en la situación actual de la Justicia (Penal esencialmente) en Córdoba. En las dos situaciones la escena ocurre en una isla y en esas circunstancias quién debe imponer y controlar el orden social parece incapaz de seguir un las bases mínimas de vida en comunidad.

En el libro los niños y adolescentes deben ordenar su vida en la isla sin conocimiento alguno de esas reglas de vivir en sociedad. Y en nuestra provincia las autoridades pretenden innovar en contra de todos los libros, tratados y resoluciones que desde la Organización Mundial de la Salud, Comisión Interamericana de DDHH, Cámara Nacional de Casación Penal u organismos o tribunales inferiores que marcan el ritmo de lo que debería hacerse.

Los niños del libro “crean” un sistema de reglas propias y así también nuestras autoridades, marcando nueva tendencia, deciden que no salga con prisión domiciliaria ningún preso en riesgo por cuanto se asegura que por el “aislamiento” en el que se encuentran ningún virus entrará. Más allá de que esta decisión confirma que nuestro sistema provincial carcelario es de exclusión, se advierte que la decisión de nuestras autoridades no contempla que todos los días entra y sale personal del servicio penitenciario, quienes están en contacto con la población carcelaria en genera. Y que Córdoba uno de los focos activos en la producción de contaminados.

No se piensa en el riesgo que se expone a cientos de trabajadores del servicio para sostener el hacinamiento como forma normal de encierro en violación del art. 18 de la CN. ¡Las prisiones domiciliarias no son libertades!

¿O acaso no se leen noticias como el contagio de guardia cárceles en Melchor Romero y Olmos, o en cárceles de EEUU, Colombia, España, Chile, Irán, China, Italia o el país que se quiera buscar de primer, segundo o último mundo? Hago una apuesta virtual a la que no se anima la Justicia de Córdoba: a mostrar con una cámara la forma en que “viven” los presos en las cárceles cordobesas, la mayoría de ellos sin sentencia firme.

Ni hablar si se les pregunta sobre la necesidad de traslado de presos, en estos días, sin control sanitario (test mediante) ni en el origen ni en el destino. O si hay lugar habitable por un ser humano en el destino. Mucho menos preguntar si se animan a demostrar que entre preso y preso existe el distanciamiento social requerido por el DNU o si tienen los detenidos barbijos, tapaboca, pasamontaña o careta del payaso Plin Plin para protegerse.

Ni hablar del sistema elegido para el teletrabajo penal, en el que se debe enviar un mail a una única dirección y esperar que algún día conteste alguien. Pues si antes había mora, ahora hay un bosque de moras.

Hay literalmente cientos de pedidos anteriores a la feria, habeas corpus y denuncias penales, pero por el teletrabajo y sus modalidades solo hay silencio de radio y basta decir que para lograr la atención telefónica en el centro de recepción hay que hacer promesa a San Expedito. Lo que comúnmente se llama “se cayó el sistema…”, pero parece que esta vez la caída fue desde muy alto con daños demasiados visibles.

Para culminar, escucho declaraciones y veo acciones de la Asociación de Magistrados y la donación (no reducción) de parte del sueldo de máximos funcionarios y me pregunto se sabrá realmente qué es la empatía. ¿Se tomará conocimiento de la forma en que vive el pueblo no judicial hoy?

No hablo del monto que representan las donaciones con relación al sueldo de Juan Pueblo, sino de la actitud de vivir inmerso en una pandemia o de mirar desde arriba cual dioses del Olimpo. Observo lamentablemente que el aislado realmente no es el preso sino el sistema judicial en Córdoba.

En nuestro sistema judicial la suerte simplemente no bastará para evitar un contagio. No se protege a los seres humanos, que son los detenidos, con yerba, azúcar y tarjetas telefónicas.

La decisión tomada de mantener las cárceles cerradas en ambiente hacinado y sucio se basa solo en afirmaciones dogmáticas. Caso fortuito en derecho es lo que no se ha podido prever o previsto y no se ha podido evitar. ¿Si sucede lo previsible quién explicará lo inexplicable?

La piedra en el agua no sabe nada de la piedra bajo el sol. Proverbio haitiano.

(*) Abogado

Comentarios 2

  1. Ricardo taberna says:

    Totalmente de acuerdo la justicia de cordobaes carcelera y los fiscales y jueces una verdadera asosiacion ilicita ahora los detenidos algun dia salen pero ellos tienen que seguir viviendo hasta el dia de su muerte en esa,mugre que es la justicia y lo peor de todo te extorsionan con el juicio abreviado asi para la estadistica estan condenados vergozoso y extorsivo

  2. Graciela Gomez says:

    Lamentablemente pagan justos por pecadores . Muchos detenidos son por causas armadas , que benefician a Jueces o Fiscales ..Y gracias a la mala justicia Argentina , el detenido sigue en la cárcel , y con un Sistema de Salud y Atención Sanitaria y de Higiene deficiente de las Cárceles , que me gustaría saber dónde están los DDHH ?

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