Rechazan daño moral en choque de un camión contra un inmueble

La mayoría interpretó que el hecho sólo ameritaba la reparación de los daños materiales, sin que ello implicara afectación espiritual. La minoría subrayó lo contrario, debido a la edad de la demandante Al considerar que el accidente de tránsito que produjo el choque de un camión de Hormi Block SA contra un inmueble propiedad de la actora, la Cámara 7ª Civil y Comercial de la ciudad de Córdoba revocó la sentencia de primera instancia en cuanto había admitido el daño moral producto del siniestro. [privado] La aseguradora Federación Patronal SA -a la cual se extendió la condena- se agravió de dicha condena señalando las características del hecho y sus consecuencias y destacando que en la vivienda donde colisionó el camión no vivía la actora, ni ella presenció el hecho, el que solo generó daños menores en la pirca y la verja, por lo que sólo debió afrontar los trámites propios de cualquier reclamo de daño material, no habiendo elementos que justifiquen la procedencia del rubro referido. En el primer voto, la vocal María Rosa Molina de Caminal, indicó que en la demanda se reclama una indemnización por daño moral por la alteración en su ánimo que habría padecido la actora en razón del evento dañoso, por el disgusto sufrido y las complicaciones que causó, necesidad de negociación con los inquilinos y quita en el canon locativo, tener 71 años, encargarse de buscar personal idóneo que se hiciese cargo de la reparación y compra de los materiales, trasladarse de Córdoba a Villa del Lago numerosas veces. De ello la jueza dijo que era de la opinión de que las meras molestias derivadas de los daños materiales ocasionados a raíz de supuestos de responsabilidad objetiva, como puede ser un accidente de automotor, resultan insuficientes para condenar a la demandada a pagar ese daño, pues para ello es imprescindible que exista prueba que muestre que el perjuicio espiritual reclamado efectivamente ha acontecido, agregando que “como el daño moral reclamado es un daño indirecto por la naturaleza del bien lesionado, de carácter patrimonial, no resulta acreditado por la sola existencia del hecho, sino que debe ser demostrado, lo que exige el análisis de la prueba rendida a fin de establecer si las cuestiones expresadas en la demanda han ocurrido”. Bajo esas premisas, el fallo sostuvo que el análisis de la prueba lleva a la convicción de que la apelación resulta procedente, argumentando que “lejos de haber demostrado la accionante las cuestiones aducidas en respaldo de este rubro”, ya que “efectivamente la actora no vivía en el inmueble ni estaba presente al tiempo del hecho, no se encargó -cuanto menos no lo probó- de las obras, ni de conseguir personal, etcétera, debiendo sólo supuestamente soportar la atención económica de la reparación y carta documento, no siendo la edad de 71 años aducida razón para la condena que se pretende”. Por ello, sostuvo que “corresponde acoger la apelación planteada y dejar sin efecto la condena por daño moral dispuesta”. Esta postura tuvo la adhesión del vocal Jorge Miguel Flores, dando sus fundamentos al respecto. Minoría Finalmente, la minoría integrada por Rubén Atilio Remigio sostuvo que, a diferencia de lo sostenido en la queja, la edad de la víctima no resulta un dato menor para evaluar tanto la configuración como la cuantía del daño moral, “pues se supone, se presume, salvo prueba en contrario, que una persona de avanzada edad (...) es más sensible o más susceptible a padecer el daño moral -ante el mismo hecho- que una persona más joven, que cuenta regularmente con mayor fortaleza para transitar este tipo de eventos”. Además, el juez consideró que los daños en la propiedad inmueble de la accionante, como asimismo todos los sufrimientos, amarguras, aflicciones y padecimientos que ese hecho y sus innumerables consecuencias ulteriores disvaliosas, genera en el ámbito de la persona, en su fuero íntimo, en su tranquilidad de espíritu, en su ámbito familiar, exceden -con holgura- las meras molestias, dificultades, desagrados e incomodidades propias que provocan este tipo de situaciones y, en rigor, todas estas circunstancias producen "consecuencias personales" y son susceptibles de producir un agravio moral a la víctima, que debe ser resarcido. Autos: “BERARDO, MARÍA SUSANA C/HORMI BLOCK SA Y OTRO – ABREVIADO – DAÑOS Y PERJUICIOS – OTRAS FORMAS DE RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL – EXPTE 6119441” [/privado]

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