Hacia mediados de abril, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que Argentina, México y Brasil notificaron ventas de vacunas falsas de Pfizer a través de redes sociales y en mercados ilegales.
El subdirector del organismo, Jarbas Barbosa, especuló entonces que era posible que se tratara de dosis robadas de una instalación sanitaria y recalcó que “nadie puede garantizar que hayan tenido el almacenamiento adecuado”.
Barbosa sostuvo en aquel momento que la situación implicaba un problema y llamó a “identificar” la actividad delictiva.
“Necesitamos asegurarnos de que los grupos prioritarios reciban la vacuna para proteger su vida y que serán suministradas por las autoridades sanitarias, porque son la garantía de que son seguras, inocuas, eficaces y al mismo tiempo mantienen su potencia de inmunización para proteger a la población contra el virus”, aseguró.
En este marco, la OPS exhortó a la población a rechazar los insumos que se ofrecían a través de Internet y a lanzar campañas contra los mercados ilegales que representan un riesgo para la salud.
En tanto, The Wall Street Journal reportó que la farmacéutica Pfizer detectó los primeros casos confirmados de vacunas apócrifas en México y Polonia.
La empresa detalló que en México el etiquetado era fraudulento y que en Polonia se sospecha que en los viales (los frascos que contienen la sustancia) había un producto cosmético