Crea una comisión de asistencia y análisis médico en cada provincia, que será la encargada de aprobar o no cada caso. Regula la situación de quienes sufren enfermedades graves e incurables o crónicas e imposibilitantes
La última semana de noviembre se anunció la presentación de un nuevo proyecto para legislar la eutanasia.
Uno de los autores del proyecto, Alfredo Cornejo -senador electo-, expresó que la normativa vigente “en muchos aspectos transforma la muerte digna en bastante indigna”.
Sobre el articulado, indicó que regula el derecho de toda persona a “solicitar la ayuda necesaria para morir” cuando sufra “enfermedades graves e incurables, o un padecimiento grave, crónico e imposibilitante”. Además, explicó que “tiene requisitos muy específicos” y que “no cualquiera” puede solicitar el procedimiento.
En ese sentido, recordó que normas similares ya están vigentes en países como España y Bélgica y en muchos estados de Estados Unidos, que actúan con “estricto profesionalismo”.
Paralelamente, precisó que la iniciativa crea una comisión de asistencia y análisis médico en cada provincia, que será la encargada de aprobar o no cada caso, y aclaró que no contiene un listado de enfermedades según el cual se pueda aplicar la eutanasia.
En tanto, destacó que el requisito fundamental para acceder al procedimiento es que se trate de un padecimiento grave, irreversible, incurable y que implique un sufrimiento de tales magnitud, dolor y gravedad que sea incompatible con la dignidad humana.
La apreciación del cuadro será resorte de las comisiones provinciales, que además de galenos serán integradas por juristas y psicólogos.
El articulado establece que si su pedido es negado, el paciente podrá recurrir para que sea analizado por la comisión en pleno.
A la fecha, en Argentina hay dos marcos regulatorios que habilitan la toma de decisiones al final de la vida: la Ley de Derechos del Paciente en su Relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud, aprobada en 2009 y modificada en 2012 (Ley de Muerte Digna), que permite a toda persona opinar sobre el tratamiento que desea o no recibir; y las disposiciones del Código Civil vigente desde 2015, que en sus artículos 59 y 60 norma el consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud y las directivas médicas anticipadas, respectivamente.
Italia
Días antes del anuncio del legislador de la oposición, en Italia, el cumplimiento de las pautas de un fallo de septiembre de 2019 habilitó un suicidio asistido.
Hace poco más de dos años, el Tribunal Constitucional (TC) consideró que no siempre es punible brindar ayuda a un enfermo con una patología irreversible que le causa sufrimiento físico o psicológico, a que ponga fin a su vida. Se trató de un fallo histórico.
Los magistrados del TC se pronunciaron a petición del tribunal de Milán que juzgaba a Marco Cappato, activista por el derecho a la eutanasia, ex eurodiputado y miembro del Partido Radical, por ayudar a morir a Fabiano Antoniani (conocido como DJ Fabo), en una clínica suiza, en febrero de 2017. El hombre estaba completamente paralizado y ciego como consecuencia de un accidente de tránsito. Cappato se exponía a una sanción de 12 años de cárcel por ayudar al suicidio, pero el TC fijó jurisprudencia. Manifestó que la persona que ayuda a otra a suicidarse no es punible automáticamente y enumeró las condiciones para descartar el castigo; entre ellas, que el paciente preste su consentimiento en forma clara y que el procedimiento se lleve a cabo con sedación y bajo el control de autoridades públicas.
Así, dejó de lado el castigo para quien ayude a morir a un “paciente mantenido vivo mediante tratamientos de soporte vital y que sufra de una patología irreversible, fuente de sufrimiento físico y psicológico que considere intolerable, pero que sea totalmente capaz de tomar decisiones libres y conscientes”.
Tras chequear lo establecido por la Corte Constitucional, el 23 de noviembre, un centro médico de la región italiana de Las Marcas autorizó el suicidio asistido de un hombre de 43 años, tetrapléjico desde hacía una década: se convirtió en la primera persona en Italia en acceder a fármacos para terminar con la vida voluntariamente.