En la actualidad, 85% de las personas vive en las zonas más secas del planeta, 783 millones no tienen acceso a agua potable y 2.500 millones no cuentan con servicios de saneamiento adecuados.
El informe reciente del Banco Mundial (BM) “Bajemos la temperatura” proporciona una clara imagen de un planeta 4°C más cálido y las consecuencias dañinas para la agricultura, los recursos hídricos, los ecosistemas y la salud humana. Revela que entre 43% y 50% de la población mundial vivirá en países con escasez de agua a fines de este siglo.
Como resultado de ello, es probable que la aridez aumente y que la sequía sea mayor en muchas regiones de los países en desarrollo.
Durante el Foro Económico Mundial de este año, en Davos, en el que un estudio mencionaba que las crisis de abastecimiento de agua están entre los cinco principales riesgos debido a su probabilidad e impacto, el presidente del BM, Jim Kim, se refirió al agua como “los dientes del cambio climático (siguiendo la analogía de que el cambio climático es un tiburón)”. Los impactos del cambio climático se sienten con frecuencia como eventos relacionados con el agua, tales como inundaciones, sequías o tormentas extremas. Los fenómenos meteorológicos severos conllevan costos económicos y humanos. Por ejemplo, las pérdidas a raíz de las recientes inundaciones en Tailandia, Pakistán y Australia fueron devastadoras: sólo en Tailandia, las pérdidas económicas en 2011 fueron de aproximadamente US$45.000 millones, equivalentes a 13% del producto interno bruto (PIB). En la actualidad, 1.600 millones de personas viven en países y regiones con escasez absoluta de agua y se espera que esta cifra aumente a 2.800 millones en 2025.
Los pobres, los más perjudicados
Al considerar el costo humano del cambio climático, se sabe que los más afectados serán los que tienen menos capacidad de adaptación; en otras palabras, los pobres y los más vulnerables.
“Mirando hacia el futuro, queda claro que las prácticas de gestión del agua del pasado ya no son suficientes. Las transformaciones en el comportamiento, las instituciones y las políticas estarán en el centro de nuestra atención y la de los gobiernos y las empresas”, dijo Rachel Kyte, vicepresidenta de Desarrollo Sostenible del BM.
Aproximadamente 2.500 millones de personas carecen de acceso a saneamiento y 1.000 millones viven sin agua potable, lo que lleva a 4.000 muertes infantiles al día a causa de enfermedades transmitidas por el líquido elemento. Las pérdidas económicas por la falta de saneamiento representan hasta 7% del PIB en algunos países.
En las comunidades cuyos residentes defecan al aire libre, que actualmente es la práctica diaria de más de 1.000 millones de personas, las inundaciones originadas por fenómenos meteorológicos extremos tienen el potencial de crear un medio ambiente aún más peligroso para los niños al aumentar las probabilidades de contraer diarrea.
Compromiso
El impulso del BM en pro del desarrollo sostenible reconoce que el agua afecta los alimentos, la educación, la energía, la salud, la equidad de género y los medios de subsistencia, y que es cada vez más imposible de mantener centrarse en el presente exclusivamente en el crecimiento económico y dejar para el futuro las consideraciones de sostenibilidad ambiental. El mundo ya está enfrentando una crisis urgente de agua y la situación probablemente empeorará a causa del cambio climático.