Más de 250 magistradas de Argentina y Latinoamérica bregan por una mirada de género en los tribunales. La vicepresidenta de la Corte Suprema, Elena Highton de Nolasco, subrayó que “la mujer ya no está para lavar los platos”.
Juezas argentinas y latinoamericanas resaltaron la necesidad de profundizar la igualdad de género en los fallos judiciales y alcanzar un equilibrio en la composición de las cortes y tribunales de la región.
Con este espíritu comenzó el Primer Encuentro Regional para América Latina y el Caribe de la Asociación Internacional de Mujeres Juezas y el 20º Encuentro Nacional de la Asociación de Mujeres Juezas de Argentina. En la apertura, la vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Elena Highton de Nolasco, sostuvo que los jueces deben “bregar para que haya un trato de igualdad para el ciudadano” y los instó a “reconocer la problemática de género”, al tiempo que advirtió que “la mujer ya no está para lavar platos”.
En las sentencias, destacó, “hay que reconocer la problemática de género que hoy no se trata estrictamente de hombre o mujer”, agregó la magistrada en Puerto Iguazú (Misiones).
“La mujer ya no está para lavar platos, sino que desde hace tiempo es partícipe de toda la vida y decisiones de la sociedad. Hay que reconocer la problemática de género que hoy no se trata estrictamente de hombre o mujer”, agregó.
Con respecto al encuentro que reúne a más de 250 juezas y funcionarias, Highton de Nolasco remarcó que sirve para lograr visibilidad de los problemas y permite el intercambio de experiencias con juezas del ámbito internacional, “porque aprender unos de otros es fundamental”, sostuvo.
Además de Highton de Nolasco, del encuentro que comenzó ayer estaban participando la jurista Aída Kemelmajer de Carlucci; la presidenta del Superior Tribunal de Justicia de Misiones, Ramona Velázquez, la norteamericana Arline Pacht, fundadora de la Asociación Internacional de Mujeres Juezas, y la ex legisladora y doctora en filosofía Diana Maffía, entre otras.
Caso España y Bolivia
Las juezas de España y Bolivia explicaron cómo mediante legislación específica, acciones y reformas judiciales incorporaron el enfoque de género en la justicia de esos países.
Gemma Gallego, miembro del Consejo Superior del Poder Judicial (CSPJ) español, dijo que lograron “un avance espectacular en los últimos diez años, sobre todo en lo relativo con violencia de género, gracias a que el tema se convirtió en una política pública”.
Para Gallego, “un juez preparado es esencial para afrontar las situaciones que involucran a mujeres en violencia”. En España, “quien quiera acceder a puestos judiciales rinde un examen y después tiene dos años de preparación en la escuela judicial”, indicó.
“Primero -agregó- hay que saber y luego prepararse. Tener el conocimiento y luego será el CSPJ el que formará a los jueces. La independencia se logra con preparación, que es una garantía para la ciudadanía”.
“No, por Dios”, fue la espontánea respuesta de Gallego cuando fue consultada sobre si los jueces estaban exentos de pagar algún tipo de impuesto en su país. “Si hay algo que tenemos medido es el pago de todos los compromisos, no cabe en la cabeza que los jueces estén exentos de un pago de impuestos”, dijo la española.
Por su parte, Maritza Suntura Juaniquina, ministra del Tribunal Supremo de Justicia de Bolivia, contó a Télam que llegó al cargo “por el voto popular y en cumplimiento de las leyes que garantizan la igualdad y equidad de género” en el acceso a la carrera judicial.