Prueban con insectos que transfieren un gen a sus descendientes que hace que mueran antes de reproducirse. El avance científico demuestra que la población de aedes aegypti podría ser controlada.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay 50 millones de casos de dengue por año y la incidencia está en aumento. En el esfuerzo más reciente para combatir infecciones propagadas por vectores, como dengue, se está investigando una nueva arma: mosquitos genéticamente modificados.
Una de las investigaciones en este campo está creando insectos que transfieran un gen a sus descendientes que hace que mueran antes de poder reproducirse. Con esto, dicen los científicos, se lograría reducir de forma controlada las poblaciones de mosquitos en zonas donde estas enfermedades son endémicas.
Ahora, los primeros resultados de la investigación con estos insectos en áreas afectadas por el dengue en las islas Caimán demuestran que la herramienta es “prometedora”, según difundió BBC Salud.
El estudio llevado a cabo por la empresa de biotecnología Oxitec, basada en la Universidad de Oxford (Inglaterra), liberó en 2009 en esa zona mosquitos modificados machos que poseían el gen letal. Según señala la revista Nature Biotechnology, descubrieron que estos insectos lograron aparearse exitosamente con las hembras silvestres.
Es la primera vez que se observa el apareamiento de estos insectos en la vida silvestre y esto, dicen los investigadores, podría reducir el número de mosquitos que propagan la enfermedad.
El dengue (transmitido por el aedes aegypti) igual que varias otras infecciones transmitidas por mosquitos, sólo puede ser transmitido por la picadura de las hembras.
Y desde hace décadas los científicos investigan la posibilidad de crear machos modificados estériles para controlar la población portadora de la infección.
El enfoque que está utilizando Oxitec es crear machos cuyos descendientes viven normalmente hasta la fase de larva pero mueren al llegar a la pupa, antes de la adultez.
Después de liberar a los insectos modificados los investigadores recogieron huevos de la zona de estudio en semanas subsecuentes y encontraron que una proporción de éstos llevaba el gen, lo que significa que los mosquitos se habían apareado de forma exitosa.
Resultados
Los machos modificados sumaban 16% de la población total de machos en la zona estudiada y produjeron 10% de las larvas.
Esto refleja, según los investigadores, que no fueron tan exitosos en materia de reproducción como los machos silvestres, pero tampoco estuvo tan mal su desempeño.
“Nos sorprendió realmente lo bien que funcionaron”, dice Luke Alphey, jefe científico de Oxitec y profesor de la Universidad de Oxford.
“Para este método, sólo se necesita una proporción razonable de hembras para aparearse con los machos modificados. Nunca lograremos que los machos modificados sean tan competitivos como los silvestres, pero no es necesario que lo sean. Sólo tienen que ser razonablemente buenos”, agregó.
“Este estudio es el primero que demuestra que la población de mosquitos puede ser controlada de esta forma”, señaló a la BBC el doctor Raman Velayudhan, experto en dengue de la OMS.
“Su rendimiento físico ahora es mucho mejor que en intentos anteriores. Casi tan bueno como el de los insectos silvestres”, agregó.
Pero la técnica, además de beneficios potenciales, conlleva riesgos sobre los efectos en la salud y el medio ambiente. Y una vez que los insectos se liberan no pueden ser retirados.
Por eso la OMS espera publicar el próximo año sus primeras regulaciones sobre cómo deben ser liberados en el medio ambiente los insectos genéticamente modificados.
También existen dudas de si la técnica puede suprimir la población de insectos a un nivel suficiente para reducir el impacto en la incidencia de dengue.
El investigador concluye: “No estamos presentando la técnica como la ‘varita mágica’ que resolverá el problema del dengue de inmediato. Lo que nos preguntamos es cómo este método puede formar parte de un programa integrado”.