Cristina Fernández arranca hoy con su visita a EEUU en el marco de la 63º Asamblea General de la ONU, su agenda se desarrollará en una semana muy especial para la economía de ese país y el mundo: se daría inicio al plan que inyectará entre 700 y 800 mil millones de dólares, para lo cual se espera la aprobación del Congreso. El gobierno de George Bush pidió la aprobación para comprar activos de firmas de inversión relacionados a hipotecas devaluadas, lo que demandará recursos equivalentes a casi tres veces el PIB argentino. El secretario del Tesoro, Henry Paulson, pidió “moverse rápido porque estamos en una situación muy seria”, de no hacerlo “que el cielo nos asista”, advirtió. Pese a esa urgencia, legisladores demócratas rechazan varios puntos del plan, empezando por sus costos. Pero desde la filas republicanas cuestionan: el senador republicano Jim Bunning que las medidas suponen “eliminar el libre mercado e instituir el socialismo”.
Fin de una época
El financista húngaro-norteamericano, de 78 años, George Soros, analizó sobre la crisis: “Terminó una época, una manera concreta de organización global basada en el dominio del dólar. El consenso de Washington impuso una disciplina de mercado a todos los miembros de la economía global, a todos los países, excepto EE UU”. “Los EEUU tenían el dólar, la divisa que todos los demás aceptaban; sus únicas limitaciones eran las que se imponía a sí mismo. Y esto resultó no ser muy eficaz. Acabamos utilizando todos los ahorros del mundo para apoyar el consumo interno”.
“Al final consumimos un 6 por ciento más de lo que producíamos. Esto podría haber continuado así, porque había países como China, y antes Japón, encantados de proporcionar crédito y acumular riqueza, pero entonces las familias se vieron desbordadas por la deuda, debido a la burbuja inmobiliaria.”