Un informe elaborado por un equipo de docentes destaca el rol que tienen dentro del circuito económico. Además de generar capacidad de mano de obra, permiten el armado de circuitos de trabajadores en oficios y tareas.
La economía, tanto formal como informal, recibe aportes de diversos actores sociales y uno de ellos es la pequeña y mediana empresa. Para conocer el rol determinante de este sector, su constitución y composición, docentes del departamento de Ciencias Económicas de la universidad de La Matanza realizaron una investigación denominada “La importancia de la empresa familiar en el sector industrial”.
Los investigadores indicaron que, al ahondar en los lazos de poder, tanto la comunicación interna como la externa, la toma de decisiones, la solución de problemas, el liderazgo, la capacitación, los valores, las creencias y los manejos contables en las empresas familiares “no superan la tercera generación” y que, generalmente, la segunda “se constituye a partir de la llamada ‘familia nuclear’, es decir, el padre, la madre y los hijos”.
“Las empresas familiares constituyen más de 90 por ciento de las pymes, lo que significa que su aporte, tanto a la economía formal como a la informal, es muy grande”, resaltaron los docentes. Además, “generan una importante capacidad de mano de obra porque, aunque los cargos de control quedan centralizados en la familia, proporcionan un eje a partir del cual se arman circuitos de trabajadores especializados y no especializados en oficios y tareas”, especificaron.
Las funciones
A diferencia de las grandes empresas, todos los integrantes de la familia suelen desempeñar las tareas. En ese sentido, la investigación encuentra que, en general, las pymes no desarrollan un organigrama específico ni distribución de roles.
Como característica, la conducción y la toma de decisiones de este tipo de negocios se encuentran centralizadas en el socio fundador (si vive) o en sucesores directos. El resto trabaja en la parte operativa y, si la familia es nuclear, participa por medio de opiniones, pero no de decisiones.
De tal palo, tal astilla
De acuerdo con el informe, en las empresas familiares relevadas todos los miembros de la familia se involucran directa o indirectamente con la empresa. “En casi todos los casos, la madre o el padre comienzan a desarrollar un emprendimiento; si éste progresa, se suma el resto de la familia”, resaltó.
En ese sentido, “aun cuando muchas familias han abandonado la rigidez paternal vinculada con las generaciones mayores, todavía existe rigidez en la conducción y dirección de la empresa que, en general, recae sobre el socio fundador o los hijos mayores”, explica el informe. Por eso, normalmente, es difícil que los miembros de una empresa familiar acepten la incorporación de algún especialista externo que ayude en la gerencia. “Muchas veces, no confían en alguien que no sea de la familia”, reconocen los investigadores.
A modo de conclusión, este trabajo resalta la importancia de que la empresa familiar trabaje sobre la articulación de políticas sucesorias, de planeamiento y de administración compartida con el resto de los integrantes de la relación familia/empresa.
En números
– 85 por ciento de las empresas familiares es creado por personas de 26 a 28 años.
– 76 por ciento de las empresas familiares está dirigido por dos o más personas.
– 28 por ciento de estas empresas está conducido por una sola persona.
– Sólo 5 por ciento de los fundadores es mujer, aunque estadísticas observan que el número de mujeres que generan negocios crece