Miguel Julio Rodríguez Villafañe – Abogado, especialista en Derecho de la Información y de la Comunicación
La economía solidaria sustentada en una concepción plural y sin discriminaciones opera siempre con generosidad y busca el bien de los asociados y de toda la comunidad en la que desarrolla su actividad.
Ética de la economía solidaria
Las cooperativas y mutuales son, en sí mismas, una propuesta de valores éticos universales, al servicio del bien común. En realidad, no puede haber economía solidaria si se es ciego a los valores esenciales que la justifican.
Reparemos en que dichos importantes valores básicos bañan la lógica de la economía solidaria, en su esencia de cooperación, confianza y responsabilidad, al servicio de la dignidad de todos. Así, se puede mencionar como senderos éticos que guían dichos emprendimientos, la ayuda mutua; el esfuerzo propio; la solidaridad y reciprocidad; la responsabilidad, en actitud moral para con todos y una dinámica democrática desarrollada con respeto especial de la igualdad, con equidad. También se promueven otras actitudes éticas, como la honestidad, transparencia, responsabilidad social y compromiso por los demás (altruismo).
La economía solidaria sustentada en una concepción plural y sin discriminaciones opera siempre con generosidad, sin egoísmos sectarios y con principios éticos. Busca el bien de los asociados y de toda la comunidad en la que desarrolla su actividad. Razón por la cual su actividad implica un compromiso de calidad, técnica y ética en su actividad, de manera que siempre se respeten los derechos de sus asociados y de todos quienes, directa o indirectamente, reciben bienes o servicios de la entidad cooperativa o mutual.
La libertad de expresión ejercida en todos sus aspectos
Las organizaciones de la economía solidaria eran -y son- conscientes de que sus fines justificaban, imperiosamente, ejercer la libertad de expresión en todas sus vertientes, ya que en su esencia está tener instrumentos eficaces de transmisión del pensamiento solidario y educar en ello con un criterio plural y básico para la construcción de una sociedad democrática. A su vez, de esa manera, poder facilitar el máximo acceso de todos al derecho a la información, a la comunicación, a la recreación, a la educación, a la participación y a los otros derechos humanos que ello implica. Estos objetivos y la necesidad siempre estuvieron claros en el ánimo de los cooperadores y mutualistas.
La propuesta ética de la economía solidaria radica, en este aspecto, en no dejar que el ejercicio de la libertad de comunicación se la haga depender exclusivamente de la fortuna que se posea, de la educación que se tenga o del poder político que posea. A todos se debe garantizar el derecho a la información y a la comunicación.
La ley 26522 de Servicios de Comunicación Audiovisual y los objetivos éticos
En octubre de 2009, con el dictado de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual Nº 26522, cambió el panorama y ahora las cooperativas, mutuales y demás organizaciones sin fines de lucro tienen posibilidad de prestar integralmente servicios informativos-comunicativos audiovisuales, que antes les estaba prohibido por la anterior ley de radiodifusión.
El objetivo de la economía solidaria, entonces, no es sólo ocupar el lugar que debe en la temática -según lo ya expresado anteriormente- sino garantizar y garantizarse a sí misma los fines éticos que baña la actitud informativa y comunicacional que se asuma.
Cabe resaltar aquí que la ley 26522 fija, en su artículo 3, muchos objetivos deontológicos fundamentales a preservar y hacer cumplir por el Estado en los servicios de comunicación audiovisual y en los contenidos de sus emisiones. Y, particularmente en el inciso “h”, establece entre los objetivos básicos de la norma que los medios de comunicación deben actuar “en base a principios éticos”.
A su vez, en el decreto reglamentario de la ley, Nº 1225/2010, se dispone que “El objetivo previsto en el artículo 3°, inciso h), de la Ley N° 26.522, importa por parte de los servicios de comunicación audiovisual, la autorregulación y la observancia de principios éticos en materia informativa y la adopción de buenas prácticas en el ejercicio de la actividad comunicacional”.
El Congreso Argentino de Cooperativismo (CAC) llevado a cabo en la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe, los días 6 y 7 de septiembre pasados, aprobó la ponencia que al respecto propuse, y se decidió unánimemente autorregularse en la materia y, en consecuencia, “trabajar en el desarrollo de un código de ética para los emprendimientos informativos comunicacionales de las organizaciones de la economía solidaria”.