viernes 22, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Con Europa al borde del abismo, España cede y pide rescate

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Por José Jozami / Agencia de noticias Télam

El gobierno de España ha puesto fin a su resistencia y, presionado al extremo por la Unión Europea y Estados Unidos, ha terminado solicitando el rescate de sus bancos y, por extensión, quedar bajo el control económico de Bruselas.

La rendición de Madrid se ha procesado bajo la forma de un pedido de España, sin precisar aún los montos, a los ministros de Finanzas de la Eurozona para recapitalizar el sistema bancario español.

El acuerdo implica el acceso de los bancos españoles que lo necesiten a un fondo de hasta 100.000 millones de euros, tal como lo filtraron anteriormente fuentes de Bruselas y lo confirmó en conferencia de prensa el titular de Economía de España.

Es interesante destacar que el ministro de Economía español, Luis de Guindos -quien anunció el pedido de su gobierno- puso el acento en que se trata de una ayuda de la Eurozona al fondo de rescate español (FROB) que no supone condicionalidad alguna a la economía española.

La supervisión y el control de la Eurozona y del Fondo Monetario Internacional sólo se centran en el sector financiero, reduciéndose el rescate a “un préstamo, un apoyo financiero” a España, dijo De Guindos.

Sin embargo, el director-gerente del fondo de rescate europeo (FEEF), Klaus Regling, advirtió, poco antes de que De Guindos hiciera su anuncio, que “todas las ayudas van unidas a una condicionalidad apropiada”. En buen romance ello significa que España queda, a partir de esta solicitud, atrapada en las redes de las ayudas financieras de la Eurozona ya que su acceso a los mercados secundarios de deuda estarán vetados por su situación de nuevo paria económico europeo.

El acuerdo gestado durante una teleconferencia de urgencia mantenida el sábado por los ministros del Eurogrupo se enmarca en un cuadro caracterizado por la inminencia de elecciones en Grecia y una tensa situación de los mercados y del sistema financiero que ponen el euro y la unidad europea al borde del abismo.

El gobierno del presidente Mariano Rajoy había venido luchando a brazo partido en las últimas semanas para evitar dar este paso y, de hecho, ha intentado, hasta último momento, presentar su petición de rescate como la aceptación de una “oferta” europea de ayuda a los bancos, algo que finalmente tampoco ha logrado.

Quedan ahora por examinar las condiciones del paquete de ayuda pues, más allá de que ha sido presentado como una inyección de fondos directa del Fondo de Rescate europeo a los bancos por medio del FROB, el acuerdo implicaría el final del acceso de España a los mercados de deuda pública.

En un clima de frenesí en los centros del poder político y económico mundial, la semana que concluye podría pasar a la historia como la del intento in extremis por evitar que España se convirtiera en el Lehman Brothers europeo, alusión al banco estadounidense cuya quiebra desató la crisis mundial de 2008.

En el curso de los últimos siete días, Alemania filtró a la prensa mensajes a España para que pidiera el rescate de su economía, tal como lo hicieron en su día, Grecia, Irlanda y Portugal, recibiendo negativas cerradas de Madrid a hacerlo.

Incluso el presidente francés, François Hollande, partidario de la emisión de eurobonos, títulos de la Eurozona que garantizarían a los desgastados papeles de deuda nacionales, indicó que una petición española sería bien vista por Europa.

Sin embargo, la mayor presión la ejerció en los últimos días el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien mientras criticaba la política de ajustes sin fin de las economías europeas patrocinada por Alemania, sugería abiertamente la necesidad del rescate bancario español.

Si bien las palabras de Obama podrían ser interpretadas de manera crítica hacia la dureza de la canciller alemana, Angela Merkel, y de respaldo al reformismo de Hollande, lo cierto es que España ha debido aceptar las presiones brutales ejercidas desde Alemania, Francia y el resto de Europa.

En este sentido, la intervención de Obama debe entenderse como un esfuerzo por preservar la incipiente recuperación económica estadounidense, hoy por hoy en estado larvado, y por frenar un descenso al infierno del conjunto de la economía mundial.

La hipotética caída del sistema financiero y de la economía de España sería, en opinión de todos los expertos y gobernantes de las potencias mundiales, el inicio del desplome de Italia y, por esta vía, del conjunto de la Eurozona y de la Unión Europea (UE).

Visto desde Estados Unidos y desde China, la quiebra europea golpearía de lleno en sus economías y de allí la ansiedad por preservar la estabilidad española en esta coyuntura.

Sin embargo -y a pesar de que De Guindos ha insistido en que España vigilará sus bancos, les impondrá sus condiciones y que todo esto traerá calma a los mercados- la semana próxima éstos se pronunciarán sobre el acuerdo logrado.

Todo esto en vísperas de las elecciones griegas del próximo domingo, en las cuales un posible triunfo de la izquierda podría crear otro foco de incendio dentro de la Eurozona, por la negativa del partido Syriza, primero en las encuestas, a aplicar el memorándum de ajustes acordado entre Grecia, la UE y el FMI.

Es posible, incluso probable, que el rescate en regla de España anunciado pueda alejar provisionalmente a Europa del abismo.

Pero si las “condicionalidades” y la vigilancia del FMI marchan por la vía tradicional, es seguro un recrudecimiento más violento de la crisis europea en un futuro no lejano.

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