Tomás Sala Franco, académico español experto en negociación colectiva, advirtió que varios aspectos de la ley implementada su país son inconstitucionales. Reducir los costos de las empresas con contratos y despidos baratos no es la salida, alertó.
“La salida a esta crisis no la sabe nadie, lo que tengo la impresión es que una sola política de ajustes y austeridad no llega lejos” . Con tono de preocupación, el jurista Tomás Sala Franco dialogó con Comercio y Justicia y se refirió a la reciente reforma laboral implementada por el presidente Mariano Rajoy y a una profunda crisis que ya dejó sin trabajo a 24 por ciento de la población activa de ese país.
-¿Qué opinión le merece la reciente reforma laboral que ha implementado el gobierno español?
Esta reforma laboral es amplísima, toca todos los aspectos y está siendo muy criticada, fundamentalmente por los sindicatos y los trabajadores. Ocurre que surge en un momento delicadísimo, con cifras macroeconómicas que asustan, una tasa de desempleo cercana a 25 por ciento y más de cinco millones de españoles desempleados. Sin dudas había que hacer algo pero yo soy escéptico de los resultados de esta reforma laboral.
– A su criterio ¿esto traerá más desempleo?
– Inicialmente, después de esta reforma se incrementaron los despidos; espero que la sangría no dure mucho, lo que ocurre es que esto llega paralelamente a una política de ajustes de las administraciones públicas que van a lanzar a la calle a sus empleados públicos y que el propio gobierno habla de que serán no menos de unas 600 mil personas. Si esto ocurre, ya estamos hablando de unos seis millones y pico de desocupados.
Particularmente, la reforma lo que ha hecho es fomentar las medidas de flexibilidad interna y, además, ha abaratado y flexibilizado el despido. El Gobierno ha confesado abiertamente que esto no sólo no va a crear empleo sino que lo va a destruir. Es probable que muchos empresarios hayan estado esperando que llegara la reforma para despedir. En este momento los despachos profesionales estamos recibiendo muchos requerimientos de este tipo.
– ¿Era necesaria una reforma de estas características, tan radical?
-Ello sólo se explica por la presión de los mercados financieros, por la presión del Banco Central Europeo y la propia Unión Europea; lo que entiendo es que se podría haber llegado a una reforma mucho más equilibrada. Esta reforma desequilibra el poder dentro de la empresa en favor del empresario de una manera extraordinaria; también desequilibra las relaciones colectivas de poder entre sindicatos y empresariado. El resultado: pérdida de derechos, sin duda.
– ¿Cuáles son, en su opinón, los puntos más preocupantes de la reforma?
– Hay cuatro o cinco puntos de dudosa constitucionalidad. La flexibilización de los contratos ha llegado a un punto de que sin causa prácticamente injustificada -porque la ley habla de cualquier causa económica vinculada con la competitividad de la empresa-, la empresa puede proceder a modificar las condiciones de trabajo contratadas con su trabajador y, entre ellas, a reajustar su salario; es decir, la empresa puede reducir unilateralmente el salario de su empleado respetando el convenio colectivo, bastando con alegar que hay cuestiones de competitividad. Personalmente, entiendo que la verdadera reforma laboral que necesita España es una reforma que potencie la competencia en calidad de las empresas. Esta reforma lo que hace es potenciar la competencia en costos de las empresas, rebajándolos con políticas de contratos baratos, despidos baratos y salarios bajos; eso no llega muy lejos, siempre tendremos otros países con costos más baratos que nosotros, lo que necesitamos es que el derecho laboral permita competir en calidad. Tenemos que fomentar la formación de los trabajadores y luchar contra la temporalidad de los empleados porque un trabajador temporal no puede ser formado profesionalmente y esto, además, genera costos de seguridad social muy altos. La empresa seria está demandando mucha flexibilidad y mucha formación, no es ése el objetivo de esta reforma. Con estos cambios no se lucha contra la precariedad, se establecen contratos criticables y hasta inconstitucionales, estamos hablando de contratos que establecen que durante un año la empresa pueda despedir al trabajador libremente sin preaviso, sin indemnización y sin causa, eso es inconstitucional.
-¿Cree que las movilizaciones irán en aumento?
– El país está movilizado, no sólo por los llamados “indignados” sino por los propios sindicatos que tienen planificado movilizaciones sin medida. ¿Qué resultados van a obtener? Posiblemente muy pocos, pero es una demostración de que gran parte de la ciudadanía no está de acuerdo con la reforma. Todo el mundo piensa que hay que hacer ajustes, pero tantos, tan profundos y en tan corto plazo, no.