Los investigadores de esta generación afirman que sus miembros han sido excesivamente cuidados por su familia y que, paradójicamente, guardan recelo hacia sus padres.
No les perdonan el excesivo tiempo dedicado al trabajo y la poca atención a la vida familiar. Esta situación ha hecho que los padres cuidaran con excesivo celo a sus hijos y los trataran con débiles límites de autoridad. Esto ha causado, en muchos casos, que la disciplina y el reconocimiento de la autoridad paterna sea un campo poco explorado y, consecuentemente, difícil de trasladar a la relación jefe/empleado.
Por otro lado, y tan preocupante como el ítem anterior, es el componente socio-tecnológico. Frente a la irrupción de las nuevas tecnologías, y especialmente el impacto producido por la web colaborativa, se ha establecido un fuerte quiebre en los aspectos relacionados a la ejecución de la tarea.
Mientras los jefes han sido formados en la lógica del foco en la tarea, los jóvenes del milenio son capaces de realizar múltiples tareas en conjunto. Así, podrán realizar un informe mientras escuchan música en un iPod y se comunican con sus amigos y/o colegas por MSN en tiempo real.
Esta lógica dista mucho de los estándares de gestión organizacional con las que se manejan las relaciones laborales en la actualidad. Mientras las áreas de selección han obtenido beneficio con estas nuevas variables tecnológicas, es una realidad que el resto de las características centrales que identifican a este grupo de personas no son tenidas en cuenta al momento de establecer políticas de recursos humanos.
El experto español Francisco Loscos, profesor de recursos humanos de Esade, dirá al respecto: “Los empleadores, además, no deben pasar por alto que la nueva generación está construida sobre la base del 2.0 y las redes sociales, con todo lo que esto significa”. Si los nuevos candidatos son reclutados por medio de redes profesionales como LinkedIn, Facebook o Xing es debido a que asumen los parámetros que la tipología de su generación les marca. Esto debe ser considerado por los gestores del capital humano si desean incorporar efectivamente esta generación a la sociología organizacional.