El Cluster Córdoba Technology celebró su décimo aniversario, en el que evidenció éxitos que van de la concientización del sector hasta la consolidación de su parque y la promulgación de una ley, pasando por la capacitación, el liderazgo en calidad y la internacionalización. Para el próximo decenio, la agrupación se concentrará en las pequeñas empresas con la visión de convertirlas en “grandes” .
Por Laura Pantoja / [email protected]
“Diez años atrás Manuel San Pedro, actual vicepresidente del Consejo para la Planificación Estratégica de la Provincia de Córdoba (Copec), nos reunió y nos dijo que -según Michael Porter- en Córdoba estaban dadas las condiciones para crear un Cluster. Leímos el libro e intentamos convencernos. Había que generar confianza y cohesión en el grupo (éramos apenas diez), de que podíamos cooperar y competir a la vez. Que debíamos pugnar todos por un mismo horizonte”.
Así relató Mario Barra, actual presidente del Cluster Córdoba Technology (CCT), los orígenes de esta asociación civil que el pasado jueves celebró sus diez años de vida, con contundentes éxitos y propósitos más que superadores para los próximos años.
Una curva en ascenso
“Sin dudas, nuestro primer logro fue comenzar a trabajar en conjunto, es decir captar una determinada concientización, tarea que nos llevó cerca de dos años. El sector era muy pequeño, las fundadoras éramos diez, y tan sólo 30 empresas se dedicaban a la tecnología”, añadió. El segundo paso que llegó a buen puerto fue imprimir visibilidad al sector, mediante los medios periodísticos y una postura siempre “positiva” de la realidad.
Luego, a pedido de los referentes y gracias al apoyo del Estado provincial, el por entonces gobernador José Manuel De la Sota declaró el software actividad industrial, lo que produjo un “boom” a nivel nacional, y la posterior creación de la Ley de Promoción Industrial del Software, a la que el CCT adhirió.
La siguiente apuesta fue convencer la masa crítica de que invirtiera en calidad, como signo de categorización puertas afuera. “Con programas de certificación en normas CMM y CMMI, más subsidios otorgados por el Estado en 2004, Córdoba se convirtió en la primera provincia del país con mayor cantidad de empresas certificadas, que en aquel entonces eran 20”, recordó Barra. Desde ahí comenzó la carrera para alcanzar los mayores estándares de calidad, que en la actualidad, van modificado sus normas y valoraciones.
Con las bases cimentadas, la asociación civil que se constituyó con el fin de dar vida al concepto de Cluster propuesto por Porta, de “concentraciones de empresas e instituciones interconectadas en un campo particular para la competencia”, obtuvo su primer gran triunfo con la concreción de la Mesa Sectorial TIC. Esto se convirtió en un espacio donde se “descifraba” el futuro del sector tecnológico entre las universidades, el gobierno, las multinacionales y las empresas locales.
A partir de 2001 la llegada de las compañías internacionales del software y los servicios informáticos como Motorola, Intel, EDS (luego absorbida por Hewlett-Packard) e Indra le dieron al sector forma y contacto con el mercado mundial; mientras que la devaluación otorgó competitividad a varias compañías locales para exportar.
Castillos dejaron de ser de arena
Como corolario de este importante paso, el sueño de tener un “parque tecnológico” fue el siguiente desafío. “Pasamos por un montón de situaciones complejas pero que, a la larga, arribaron a buenos resultados. En marzo del año próximo podríamos comenzar con la mudanza de las 33 empresas, para estar funcionando a pleno en el Parque Empresarial Aeropuerto (PEA) en los próximos cinco meses siguientes”, adelantaron Barra, Daniel Lempert y Alberto Harriague, miembros de la mesa ejecutiva del CCT. Para la habilitación de la segunda etapa ya hay otras quince empresas preinscriptas.
En forma paralela, se sucedieron la la aprobación de la ley para instrumentar el “Plan Estratégico del sector tecnológico”, un programa que contempla el desarrollo de recursos y manejo de fondos para crear 35.000 empleos y alcanzar una facturación de $ 4.000 millones hacia 2020. Así nació la recientemente lanzada Fundación TIC, que administrará un presupuesto de $50 millones anuales, de los cuales 40% aportará el Estado, 45% el sector privado y el resto las universidades. “El lema nuestro siempre fue, si queremos jugar en primera, tenemos que invertir”, sentenció Barra.
El horizonte
En virtud de esta seguidilla de éxitos, los objetivos estratégicos planteados para los próximos diez años, no sólo son ambiciosos sino también posibles.
Ahora bien, a la sinergia ya articulada entre todos los actores que hacen posible la potencia del sector tecnológico a escalas nacional y mundial, deben sumarse nuevos desafíos en relación con las 140 socias que hoy conforman la organización. “Queremos lograr una mayor cohesión del grupo, ya no somos 30 sino 140, para lo cual estamos propiciando nuevos canales de comunicación en los que trabajaremos fuertemente”, vaticinó Barra.
En ese orden, la asociación hará foco en las pymes, para que puedan tener acceso a las mismas posibilidades que hoy tienen las grandes empresas que forman parte.
“Fabrican productos de alto valor agregado, y por estar compenetradas en su core business, pasa que no pueden acceder a financiamientos porque no tienen sus balances saneados, o bien, sus modelos de negocios no son los más apropiados”, explicaron Barra y Alberto Asensio, tesorero de CCT.
Sesenta por ciento de las socias son pymes y de éstas, 30% micropymes “de mucho valor agregado”, justamente las que más sufren los avatares de la financiamiento. Según un estudio preliminar del Observatorio TIC, 63% tiene entre seis y 30 empleados y apenas 10% tiene más de 100 trabajadores.
“Las vamos a capacitar en modelos de negocios para que puedan ser más prolijas, les daremos herramientas para que mejoren sus prácticas y para que logren ingresar a la Ley de Promoción de Software. También nos acercaremos a los bancos para que flexibilicen sus normas y pedidos de garantías a los fines de que puedan acceder a los fondeos”, indicaron Barra y Asensio. En este orden se contempla no sólo el financiamiento por parte de las entidades bancarias sino el asesoramiento para que las pymes puedan acceder a los subsidios mediantes fondos nacionales como el Fontar, Fomin o Fonsoft. Al mismo tiempo, se impulsará la generación de otra modalidades, como por ejemplo a través de la constitución de joint ventures o de inversiones por medio de capitales ángeles.
De la misma forma, otra bisagra para el próximo período será la internacionalización, objetivo que está en manos del programa PTI-Comex, que incluye capacitación, promueve la interrelación con empresas de la región y facilita el intercambio mediante una plataforma de software. La meta es lograr que 50% de las empresas exporte sus servicios.
Ventana a la especialización
“No podemos competir en cantidad ni con India ni con China, nuestro fuerte está en la diferenciación mediante la calidad y la innovación y si bien un mejor tipo de cambio nos beneficiaría, anclar una estrategia de exportación en la cotización del dólar sería una visión muy cortoplacista, es decir, una ventaja que duraría sólo un determinado tiempo”, apuntaron el titular del Cluster, su tesorero y Harriague.
“Nos podemos diferenciar por otros factores, tenemos buenos recursos humanos, son flexibles y creativos, y podemos seguir vendiendo afuera”, añadió Barra.
Aunque el último estudio sobre la industria del software y del hardware indica que ese sector factura cerca de 800 millones de pesos, Barra estima que este año estarán cerrando en mil millones de pesos, con una dotación de personal cercan a 9.000.
La puesta en marcha de la Fundación Córdoba TIC incluye también el trabajo en función del objetivo de crecer cuatro veces en facturación durante la segunda década del siglo: la idea es llegar en 2020 a cuatro mil millones de pesos; exportaciones por 1.600 millones de pesos y 35 mil puestos de trabajo.
Recursos Humanos
Con sueldos equiparados “es más facil conseguir en buenos aires que en Córdoba”
La escasez de recursos humanos calificados sigue siendo la problemática que sufre el sector a lo largo de su historia. Actualmente, según estiman sus referentes, “si hubiera entre 1.500 y 2.000 profesionales capacitados” el mercado los absorbería de inmediato. Si bien se han implementado numerosos programas que han formado recursos y -según anuncios del próximo gobernador, José Manuel de la Sota- se continuará haciéndolo, con el mercado que crece la oferta de personal escasea. “Es más fácil conseguir gente en Buenos Aires que en Córdoba, lo que tiene una parte positiva y otra negativa. La positiva es que la oferta sigue creciendo en Córdoba; la negativa es que los sueldos están equiparados con los de Buenos Aires, cuando años atrás estaban a 50%”, graficó Barra. “Para el empleado es bueno, pero si lo analizamos desde el punto de vista de los costos, es preocupante. ¿Cómo se le hace entender a un cliente de fuera que tiene que pagar 20% más?”, ejemplificó el titular de Vates.
Ser parte, todo un beneficio
“El MBA que nunca hice se concretó en el Cluster”, aseguró Mario Barra / “Para Vates fue valiosa la interacción entre los miembros del Cluster, el pasaje de información y de contactos. Yo siempre digo que la Maestría en Administración de Negocio (MBA) que nunca hice, la concreté en el Cluster porque iba a las reuniones y me empababa de la realidad del sector. Siempre les aconsejo a todos los socios que vayan a las reuniones de mesa directiva -que son abiertas- ya que se aprende de las personas que tienen mucha experiencia a gestar negocios; es el seno donde se generan oportunidades. Si no se está en el momento justo, se pasa el tren”, expresó Barra, en relación a los beneficios de participar en el CCT.
“El capital social que se genera en la mesa del Cluster enriquece” / “Lo que yo rescato como miembro del Cluster es el capital social que se genera, el conocimiento por referencias; comentamos los negocios que tenemos, analizamos la posibilidad de trabajar juntos. Saber de las experiencias de los otros enriquece, conocer sus visiones y las estrategias de negocios, sus forma de abordar los costos, y las realidades de los diferentes rubros nos abre la cabeza y nos forma”, aseguró Manuel Cabrera, titular de la empresa Ginkgo Soft, ex presidente y actual secretario del CCT.
“El desafío es unir empresas con perfiles parecidos para competir con las grandes” / “El crecimiento de la industria ha sido gracias a la tracción del Cluster; todas las empresas han crecido y evolucionado. La sinergia que se genera entre las empresas y los apoyos en los diferentes negocios es la principal ganancia de integrar la agrupación. El desafío es lograr la fusión de las empresas que tengan perfiles parecidos, para bajar los costos operativos y lograr una potencia tal que sea capaz de competir con las grandes empresas. Tenemos que trabajar duro en la formación de los recursos, en sus diferentes niveles (primario, secundario, terciario y universitario)”, agregó Juan Carlos Murgui, presidente de Invel Latinoamericana y vicepresidente primero del CCT.
Las regalías de “cooperar y competir”
“Aprendimos a ser muy asociativos y crecimos fuertemente” / “Creo que Córdoba tiene el tamaño ideal para haber logrado esto: el trabajo mancomunado de las universidades, del Gobierno, las privadas y las multinacionales. Hemos alcanzado un buen nivel de trabajo que ha elevado mucho el estándar de vida y hasta el sueldo; es una ciudad muy agradable para vivir y atractiva. Gracias al Cluster aprendimos a ser muy asociativos, nos vinculamos con firmas del interior, de Córdoba y del país, lo que nos permitió crecer fuertemente y tener como clientes a las principales empresas del país”, puntualizó Alberto Harriague, socio de Harriague y Asociados.
“Si vos necesitás una escalera, en lugar de fabricarla, la vas a comprar a la ferretería” / “El principal beneficio es haber vencido las barreras del recelo y la desconfianza y haber comenzado a gestar negocios juntos. Yo le llamo el síndrome de la escalera: si vos necesitás una, en lugar de fabricarla la vas a comprar. Antes, todos queríamos hacer de todo; ahora, hemos aprendido que se puede comprar la escalera: gracias a la especialización existen colegas que fabrican ciertas soluciones y las hacen más rápido y más conveniente, entonces tercerizamos. Esto genera que cuando el otro te necesita, te llama”, graficó Daniel Lempert, vicepresidente segundo de CCT.
“Desde que formamos parte se abrieron mayores posibilidades de negocios” / “Creíamos que el cluster tenía un perfil de software, pero estabámos equivocados; desde que nosotros -como empresa que provee infraestructura y conectividad- integramos el CCT se generaron mayores posibilidades de negocios y nos abrimos a otros mercados. Además, tomamos cursos de capacitación en gestión empresarial y en relación con los recursos humanos, siempre participamos”, subrayó Pablo De Chiara, de Airsat, una empresa de Telecomunicaciones que integra la asociación desde el año pasado.
“Si estuviéramos fuera del Cluster, seguramente seguiríamos siendo de cabotaje” / “Integrar el Cluster nos permitió posicionarnos como empresa, salir al mercado exterior y certificar calidad. El relacionamiento con el resto de la socias nos conduce a tomar las buenas prácticas de los que tienen más trayectoria, como -por ejemplo- la adhesión a la Promoción de la Ley de Software. No sé si estando fuera del Cluster podríamos haber llegado l 50% de la exportación de nuestras soluciones, creo que seguiríamos siendo de cabotaje. La capacitación y la asociatividad, entre lo que más rescatamos”, señalaron los socios de QPlus, Lucas Grando y Luis Raviolo.