Mario Blejer, vicepresidente del Banco Hipotecario y ex presidente del Banco Central indaga en las causas de la debacle europea. “No es una crisis financiera sino de solvencia”, sostiene, y se explaya sobre las diferencias entre la “solución argentina” de 2002 y los caminos actuales sostenidos por el FMI / Por Manuel Bomheker
Mario Blejer, ex asesor principal del Fondo Monetario Internacional (FMI) y especialista en política fiscal, pasó por Córdoba para disertar sobre políticas en créditos hipotecarios. De una larga entrevista rescatamos su visión de la economía internacional.
-¿Qué piensa de la comparación entre la crisis griega y la crisis argentina?
-Creo que la comparación entre Grecia y Argentina es exagerada, Argentina siempre tuvo la posibilidad de arreglar su situación económica con un default o devaluando, Grecia no tiene esa posibilidad por la moneda única europea. Otra diferencia fundamental es la magnitud de las deudas, la griega es cinco veces mayor en términos absolutos que la deuda Argentina en momentos del default, y tiene una población que es un cuarto de la nuestra. Por lo tanto, la deuda per cápita es 20 veces mayor que la argentina, es una deuda absolutamente imposible de pagar. Si se analiza el porcentaje de débitos sobre el producto podemos ver si la deuda es pagable o no. En el caso de Grecia es 158% del PIB, en nuestro país en 2001 la deuda no superó 82-83% del producto.
-¿Qué opina de los planes fiscales y económicos que se están aplicando en Grecia?
-La periferia europea -que componen Grecia, Irlanda y Portugal- se verá en una crisis cada vez más profunda si se siguen aplicando estos planes. Este segundo plan que se propone para Grecia, y todos los planes que propone el FMI, contempla que aunque se apliquen todos los puntos exigidos, la deuda del país seguirá creciendo por los siguientes seis o siete años. Es un ajuste interminable, te morís en el camino, no llegás. El problema es que los países europeos que están bien, como Alemania, Austria, Holanda, Finlandia, están financiando estos programas porque no quieren que Grecia caiga en default, que sería lo más lógico. Pero, para estos países y sobre todo para Alemania, tiene un costo político muy grande tener que explicar a sus ciudadanos que sus bancos hicieron un mal negocio y que el gobierno los tiene que financiar; esto podría generar una corrida bancaria. La única manera de resolver esta situación es con una quita, con un default; la forma en que se está manejando la crisis ahora no tiene salida. Yo creo que todo ese sistema va a colapsar el año que viene, si bien Grecia ya tiene dinero para afrontar los pagos este año. En 2012 va a entrar en default.
-La crisis griega ¿pone en riesgo el euro?
-El proyecto del euro es político y no económico, por lo que creo que puede afectar su cotización pero no la moneda en sí. Incluso creo que como proyecto económico es malo, exige una tasa de interés única y España, que tiene un desempleo de 22%, necesita una tasa diferente de la que necesita Alemania, que está creciendo a gran velocidad. Irlanda necesita una devaluación, Alemania tiene superávit, por lo que necesitaría una revaluación. Por eso digo que es un buen proyecto político pero no económico. Antes de la Unión Europea cada treinta años, en promedio, había una guerra, entonces la idea fue crear esta unión para evitar la guerra y como parte de esta integración está el euro.
-¿Puede influir en Argentina el default griego?
-No creo que directamente pero puede tocarnos indirectamente. Si el euro sufre una devaluación importante, con la consecuente revaluación del dólar, se revaluaría el peso argentino y nos haría poco competitivos. El otro punto es que puede causar una recesión de impacto mundial si los bancos europeos, que están muy conectados con los bancos americanos, se ven muy afectados; podría causar una reacción negativa con respecto al crecimiento mundial, cosa que obviamente afectaría Argentina. Yo creo que no tendría que tener efectos dramáticos directamente, a menos que cause una recesión mundial seria.
Los cambios que se vienen en la economía argentina
– “No creo que el próximo gobierno argentino tenga un cambio específico de línea, sí creo que va a haber algunas correcciones en los pilares de lo que ha sido su estrategia. Por ejemplo, el balance fiscal -si hoy en día no contáramos las contribuciones que hacen el Banco Central y la Anses al presupuesto, tendríamos un pequeño déficit-.
– Si bien hay una discusión profesional sobre si pueden contarse o no, lo cierto es que hasta hace poco tiempo, sin esos dos componentes, había superávit y ahora sin ellos hay déficit. Eso debe ser corregido y yo creo que la forma es bajar la tasa del crecimiento del gasto público, lo que no quiere decir que haya que enfriar en lo más mínimo la economía, sólo que hay que bajar el gasto público, que debe crecer a un ritmo menor.