El Índice de Empresas Familiarmente Responsables no muestra buenos resultados en el país. Las consecuencias de organizaciones inflexibles: estrés, desmotivación y gente que cambia de trabajo.
La falta de conciliación trabajo–familia es una de las primeras causas de estrés en la Argentina. En referencias cuantitativas, sobresale que en el país sólo 18 por ciento de los argentinos considera que su entorno le facilita la conciliación laboral-familiar. Por el contrario, 33 por ciento percibe que su entorno ocasionalmente lo hace y, en el extremo, 7 por ciento percibe que su entorno sistemáticamente dificulta la conciliación entre la oficina y la pareja e hijos. Finalmente, 41por ciento percibe que su entorno ocasionalmente dificulta esa conciliación.
Estos datos se desprenden del Índice de Empresas Familiarmente Responsable, un estudio internacional desarrollado en 22 países del mundo, que en Argentina fue hecho por el Centro de Investigación Conciliación Empresas y Familia, de la Escuela de Negocios de la Universidad Austral, con la participación de más de 900 argentinos.
Esta investigación, realizada en 2010 y a principios de este año, que a nivel mundial fue comandada por el IESE Business School, de España, analizó las prácticas, políticas y programas que refuerzan el grado de conciliación del empleado con la familia y la vida personal.
Además, estudió en qué medida la cultura de cada organización facilita o dificulta a los colaboradores integrar sus responsabilidades laborales con las familiares, promoviendo una mejor calidad de vida.
Las políticas familiarmente responsables son aquellas prácticas formalizadas dentro de una empresa que proporcionan a sus trabajadores flexibilidad tanto en el tiempo como en el espacio. También incluye medidas que dan apoyo profesional, servicios y beneficios familiares que van más allá de una retribución económica.
Dilema personal
Entre las principales conclusiones del estudio, que en el ámbito nacional fue realizado por Patricia Debeljuh y Ángeles Destefano, se destaca que la dificultad para conciliar trabajo y familia aún no es percibida como un tema de gestión sino que se asocia a un dilema personal.
“Esto llevaría al poco apoyo para el desarrollo de esta cuestión: bajo presupuesto, poco espacio en la agenda de la compañía y escasos niveles de responsabilidad compartida”, describe la investigación, la cual también concluye que, a pesar de que la familia de los empleados es el nuevo stakeholder (grupo de interés) de la empresa, raramente es considerado como tal.
En comparación con el promedio de los países que participaron del sondeo, en Argentina el empleado tiene mayores intenciones de abandonar la empresa cuando siente un entorno que sistemáticamente dificulta el balance entre la familia y el trabajo. En una escala de 1 a 7, a nivel mundial se habla de 4,6, mientras que en el país esta cifra es de 5,2.
Modelo
La implementación de políticas en las organizaciones genera un impacto tanto en la persona como en la empresa y en la sociedad. “La primera responsabilidad social de la empresa es con sus empleados”, resaltan los referentes que llevaron adelante el estudio.
En ese sentido, recordaron que el modelo Entornos Familiarmente Responsables (EFR) establece cuatro tipos de escenarios a partir del cruce tres variables: la disponibilidad y formalización de las políticas empresariales, la cultura de la organización, y el liderazgo familiarmente responsable de las personas con cargos directivos.
La muestra
– Más de 6.000 participantes de 22 países componen la muestra del estudio que se realizó entre 2010 y principios de 2011 mediante un análisis cuantitativo. Las entrevistas se realizaron tanto a hombres como a mujeres con y sin hijos, en tareas con responsabilidades directivas o no.
– La influencia negativa de entornos que no son familiarmente responsables tiene consecuencias en su salud, en la falta de motivación e incluso en la decisión de dejar la empresa.